Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.
Me levanté, súbitamente, sin ninguna dificultad, sin ningún esfuerzo, totalmente asistido como si un invisible resorte me hubiera erguido. Mi pensamiento me traía el recuerdo de mi primera charla en público, era lógico, de alguna manera también tendría otra primera charla.
Mientras avanzaba silencioso por el iluminado camino recordaba mis nervios escénicos, cómo mi voz se entrecortaba, donde no había puntos ni comas, parar hacer esas pausas. Las gotas de sudor que, recorrían mi cara, a cámara lenta alargando ese sufrimiento. Y, cómo no, los azoramientos cada vez que me confundía vocalizando, o acababa las frases tremolando las palabras.
Después de aquella presentación hubo muchas más y, aunque con la práctica, progresé como orador, el pánico escénico nunca me llegó a desaparecer. Ahora, que lo estoy rememorando, se que en esta ocasión no me temblara la voz, ni haré pausas a destiempo; y, por supuesto, no se me subirán los colores.
Ya he llegado, pensando en mis cosas, se me ha hecho corto el trecho, como si el tiempo tampoco corriera. Debo ser el primero, no veo ninguna cola, mejor, así no tendré que esperar para soltar mi historia en el Tribunal. El hall es amplio y muy iluminado, al fondo, veo una mesa justo al lado de la puerta de la Gran Sala. Me acercaré a pedirle el pase a San Pedro 😛
Por ese pase cualquiera se olvida qué es pánico escénico. Saludos.
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Alguno igual se queda mudo si no ha aprendido de sus experiencias.
Gracias por pasar y comentar Lis 🙂
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Yo creo que «ahí» lo tendrán todo digitalizado y no nos pedirán explicaciones, ni discursos. Además, seguro que les funciona lo de la telepatía 😉😁👏👏
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Seguro que seremos vistos como somos en todas nuestras facetas no solos en las aparentales que tanto nos gusta significar. Sin nada que podamos esconder pero, mientras no nos acostumbremos al nuevo estado incorpóreo, seguiremos pensando como si lo tuviéramos.
Muchas gracias por pasar y comentar 🙂
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Sí, es posible que el pensamiento «amaestrado» siga tratando de significar ☺️😗
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Para eso tenemos la imaginación, para que nos lleve al más allá y volvamos como si nada 😀 😀
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😁😁
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El pánico escénico…qué sensación más horrorosa…por falta de confianza en nosotros mismos nos sentimos vulnerables cuando tenemos que hablar/exponer algo en público…con los años y la experiencia aprendemos a gestionar mejor los nervios y las inseguridades, y aunque el miedo escénico no se va nunca ya ni se vive con la misma intensidad.
Feliz domingo Jmvanjav
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Gracias por el comentario, no puedo estar más de acuerdo, aunque nos enfrentemos a él siempre en mayor o menor medida ahí está. Con las tablas, sí conseguimos cambiar miedo por respeto, hemos ganado.
Saludos 🙂
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