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CONCURSO DE RELATOS XXX Ed. DESAYUNO EN TIFFANY’S de TRUMAN CAPOTE


El colgante de Cleo

No todas las relaciones son iguales y algunas tardan media vida para empezar a serlo. Cleo y yo nos conocíamos, de vista, desde secundaria. Separados por solo una calle y un curso coincidíamos, casi a diario, para coger el bus; tal vez, por esas pequeñas discrepancias, nunca llegamos a cruzar palabra alguna. Después nos veríamos, exclusivamente al seguir viviendo en el mismo barrio, pero con muy escasa frecuencia. En los siguientes treinta años, esos esporádicos cruces casuales, fueron testigos de la evolución de nuestra respectiva vida sentimental; por los cambios que tuviéramos de pareja o de simple soledad.

En la madurez se ve que comprendimos que estábamos mejor solos que acompañados y nuestros encuentros de supermercado o en El Café de la Plaza así lo indicaban. Siempre, solos de solemnidad, en esos avistamientos, pero igual de casuales y esporádicos que todos los anteriores.

Finalmente, rompimos el hielo del silencio, volviendo de una exposición fotográfica. Nos vimos en la sala, pero como siempre, nos ignoramos. A la salida, lógicamente, tomamos el mismo camino de vuelta; conmigo, a pocos pasos, detrás de ella. Al doblar una esquina la cosa se invirtió porque se paró a mirar un escaparate. Todo el paseo seguimos con estas alternancias, yo también me detenía ante las relojerías o librerías de paso, acabando emparejados nuevamente en los semáforos peatonales. Sin intención alguna, por parte nuestra, aquello parecía una especie de juego con la meta en El Café de la Plaza.

Tuvimos que compartir el único hueco libre de la barra y ya no nos quedó otra afrontar la situación. Yo, casi tartamudeando, la dije que no la estaba siguiendo y que éramos vecinos desde que íbamos al instituto. Cleo con una sonrisa, que acabo en educada carcajada, corroboró así mi versión. Después del consabido café acabamos cenando con el sandwich especial de la casa. Aunque, hasta ese día no nos habíamos hablado, nos conocíamos de toda la vida; así que, en las dos horas que allí estuvimos, nos pusimos al día como buenos amigos.

A partir de aquella improvisada cita, comprobamos que compartíamos muchas aficiones y empezamos también a compartir nuestra solitaria independencia, yendo a exposiciones, conciertos, cine, o simplemente a hablar de libros tomando un café. Ambos teníamos muy claro que nuestra relación era de afinidades y amistad. En el plano sentimental, los dos estábamos ya repetidamente vacunados e inmunizados, y únicamente lo sacábamos a colación si venía a cuento para alguna anécdota graciosa.

Cleo a su modo era coqueta y le gustaba la bisutería fina, nada de oro, únicamente pulseras y cadenas de plata hipoalergénica. Yo como broma el último San Valentín la regalé un colgante con una imitación de Perla Luna engarzada. Y nunca pensé que aquello nos llevaría a vivir una aventura de lo más cinematográfica.

Fuimos a ver una exposición llamada Arte a lo largo de la Historia y en la zona dedicada a Egipto había una vitrina con una cesta rebosante de auténticas Perlas Luna. Y justamente cuando yo comentaba con Cleo; señalándolas con el dedo, que a simple vista se podrían confundir con la suya del colgante; sonó la alarma. Rápidamente, tres corpulentos vigilantes nos cercaron y al poco un individuo con aspecto y paso estirado, se nos plantó delante. El engarce de Cleo no le pasó desapercibido al petimetre y, sumándolo a que sonó la alarma, se debió creer que habíamos birlado una Perla Luna para sacarla así a la vista de todos.

Primero puso su pulgar en el sensor dactilar y comprobó el buen funcionamiento del cierre; pero no contento aún, con gesto acusador, exigió que Cleo le diera el colgante. Intimidados por los tres matones trajeados, más molesta que avergonzada, se lo entregó. El petulante forzó uno de los engarces, para verificar la perla, saltando esta; pero al tocarla no tardó en reconocer su inferior casta. En ese mismo instante, como un acto reflejo por su vejatorio trato, volvió a sonar la alarma de la vitrina. Con una expresión de contrariedad, pero sin disculpa alguna, me entregó el colgante con su perla suelta.

No soy un ladrón, pero en aquel momento… Cleo y yo, mudos por la incómoda situación vivida, telepáticamente nos aproximamos al servicio. En la entrada del mío había dos técnicos testeando un disimulado cuadro electrónico, seguramente el causante de las falsas alarmas. En el pomo de la puerta estaba colgada la chaquetilla de trabajo y la gorra de uno de ellos; por su parte, en la caja de herramientas, había guantes de látex.

Nervioso, pero del todo decidido con mi atrezo de técnico, pasé desapercibido fingiendo comprobar la vitrina de Las Perlas Luna. El talco del interior del dedil del guante sirvió de fijación para los restos de grasa del sensor biométrico y, tras solo dos intentos, el cierre reconoció la huella. Para cuando Cleo salió del servicio yo ya estaba en el pasillo con su colgante en mi mano; pero ahora con una Perla Luna, legítima, engarzada. La mía se regodeaba, entre las otras del expositor, ocultando a la vista su bastarda procedencia.

Al salir de la sala, aquel tipo tan arrogante, de soslayo se fijó de nuevo en el colgante, pero esquivó nuestra mirada para no tener que disculparse. En la calle, Cleo, instintivamente, se tocó la perla y algo debió de notar a su tacto, porque me clavo los ojos soltando una carcajada; esta vez, para nada, contenida.

896 palabras más el título


Aprovechando la romántica festividad del 14 de febrero un tema musical acorde a la celebración.

Autor:

La imaginación nos brinda todo aquello la vida nos pueda negar y más...

57 comentarios sobre “CONCURSO DE RELATOS XXX Ed. DESAYUNO EN TIFFANY’S de TRUMAN CAPOTE

  1. Es que Cuatro tiene que liarla por donde va, como buen miembro del CdN. 😝😂
    Lo que ya no me cuadra es tantos años para decidirse a entablar «el contacto». Se ve que cupido no entra en ese barrio ni amarrao. 😅😂
    Lo mejor de todo es ese final, porque según un refrán que decía mi abuela: «Dos que rían junto, nunca se aburrirán».
    Felicidades por el relato 👏🏼👏🏼👏🏼
    Te has ganao doble ración: 🍻🍻🍻🍻🍻
    Un abrazo

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    1. No se te escapa una, JA. Ni siquiera saliendo disfrazado. En este barrio Cupido es como el hijo de Murphy, no acierta con flecha alguna, así que mejor pasarlo bien sin comprometerse que luego ya sabemos como acaba la cosa. Las risas no tienen precio en buena compañía. Saludos y 🍻🍻🍻 que no falte. 👍🏻

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  2. Hola,JM. Me ha gustado como has narrado la parte del principio, está genial. Después cuando empieza la acción , me has pillado por sorpresa pues no esperaba que tu protagonista, mas paradito al principio, fuese capaz de robar la perla. Al final, resultó ser observador e inteligente, jeje. El final feliz era necesario . Mucha suerte en el concurso. Un abrazo.

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    1. Hola, Pedro. Me alegro de que te haya gustado el relato. Las apariencias engañan y con la motivación adecuada todos podemos sacar arrestos. En este caso, yo diría que justificados y sin maldad, me parece que nadie se va a enterar a menos a corto plazo. 😁
      Saludos y suerte. 🖐🏼

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    1. Hola, Patricia. Yo creo que hizo bien en tomar prestada la perla a tiempo indefinido la perla. El trato recibido no fue justo y merecía su sanción, además dejo en prenda la otra perla para que no faltara ninguna del cesto. Saludos y suerte también.

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  3. Despacito pero seguro y con un final de traca.
    Me ha gustado especialmente, JM, el mutuo “seguimiento” de la pareja por la calle, parecía un baile.
    Bravo por ese intercambio de perlas. Un gesto impetuoso para alguien que va por la vida con pie de plomo, dada la tardanza en abordar a su vecina. Alguna vez había que decidirse y seguro que con esa osadía se ha ganado a Cleo. La cosa promete.
    Nos vemos en la Gala, JM

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    1. Hola, Tara. Las cosas llevan su tiempo y las importantes si las fuerza acaban como sus anteriores relaciones. Ahora tienen todo el tiempo para compartir cuando les apetezca sin preocupación por nada ni nadie más.
      En cuanto al préstamo a fondo perdido de la perla creo que está justificado, no se debe humillar ni pisotear a nadie, si el prepotente jefe de seguridad se hubiera disculpado no le habrían robado delante de sus narices. Además, mejor en el colgante de Cleo que en una vitrina. Saludos y suerte, en la gala con mis mejores baratijas me presentaré. 😁🖐️

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  4. Muy adecuado el relato a las fechas que vivimos, el San Valentín en el que tantas joyas se compran y se regalan. Una trama ingeniosa con dos protagonistas que juegan al gato y al ratón para finalmente terminar compartiendo aficiones y esta aventura tan socialmente incorrecta. Si no fuera por la incompetencia de los guardas nunca hubieran tenido oportunidad de hacerse con la joya. Buen aporte para el concurso JM, un abrazo y suerte!

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    1. Hola, Jorge. Me alegro de que te haya gustado la historia. Nada fue premeditado, ni la relación ni mucho menos ese hurto. Lo primero llevó su tiempo y lo segundo fue inducido por el maltrato y la vergüenza sufrida sin una disculpa siquiera. Yo creo que la perla es un préstamo a fondo perdido, además ya hay otra a modo de prenda en su lugar. Gracias y suerte también.

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    1. Hola, Bruno. Qué mejor forma de consolidar una relación regalando La Luna a tu acompañante, amiga, pareja o ambas cosas. Cuando no hay intención yo creo que no es robo, más bien préstamo como pago al maltrato recibido sin justificación alguna por mucho un presumido pensase lo contrario. Gracias por pasar y suerte también, este mes el tintero rebosa con vuestras joyas.

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  5. Dejas claro que la ocasión hace al ladrón.
    Una historia donde tus personajes parecen danzar uno alrededor del otro sin llegar a juntarse. Y eso, a pesar de tener más cosas en común que cualquier pareja de amantes que se precie de serlo.
    El final promete mucho futuro para esos dos.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Francisco. Yo creo que no habiendo intención tampoco delito propiamente dicho. Nadie ha salido perjudicado, ni siquiera el seguro que ni se enterará de la sustitución y así la intrusa será una más entre el resto de sus nobles compañeras.
      En cuanto a Cleo sabrá que su compañero y amigo, a pesar de no ser un gallo sabe sacar los espolones cuando hace falta. Sí yo pienso que después de tanto tiempo para comenzar a estar juntos tienen los cimientos de su relación muy bien asentados. Gracias por pasar y suerte.

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  6. Me gustó muchísimo y empaticé muy rápidamente con las vicisitudes existenciales de la historia, derrapando a lo largo de décadas, pero sobre todo, el corolario de un simpático acto de justicia poética ante los energúmenos que tan mal y con tan poca profesionalidad se portaron con ellos, ha sido pura «confitería literaria»
    ¡Ah! ¡¡¡Y …»gracias por la música//que nos hace mágicos» (también soy muy apasionado de las películas bélicas y «Pearl Harbour» aunque muy comercial, tiene su aquel…..!!!

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    1. Hola, Juan. Yo también empatizo con estas situaciones que son oasis o salvavidas de nuestra existencia en terreno árido o en mares bravíos. La vida fácil y segura, en las relaciones, es rara avis siendo las consabidas perdices de lata de conservas.
      Me alegro de que hayas escuchado el tema musical, me pareció muy apropiado tanto al trasfondo de la historia como para el día de su publicación. La película no la he visto, yo soy más de las bélicas clásicas empezando por La Gran Evasión, … Para los dramas sentimentales en tiempo de guerra necesito motivación extra.
      Gracias por pasar, comentar y suerte.

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  7. La música le va de «perlas» a esta encantadora historia de amor que termina inesperadamente en robo y risas.
    Muy buena historia, cotidiana y sofisticada a partes iguales. Suerte.
    Un saludo 🙂
    (Maite-Volarela)

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    1. Hola, Maite. Coincido contigo en lo del tema musical y por eso mismo lo puse aunque estuviese creado para otro tipo de relación. Aquí la situación exigía una compensación y que mejor que regalar La Luna. Estoy convencido de que su secreto les unirá más si cabe y recordar la aventura vivida les subirá la autoestima hasta romper a reír a carcajada limpia.
      Gracias por pasar y comentar. Saludos y suerte.

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  8. Hola, JM. Vaya par de ladronzuelos, aunque, bien mirado, me alegro por ellos. Si es que, ¿dónde mejor debe de estar una perla que en el cuello de tu amada?
    Me ha gustado mucho, un relato lleno de acción, fresco y con un final muy muy bueno, enhorabuena, me ha encantado.
    Un abrazo y mucha suerte!

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    1. Hola, Pepe. De ladrones nada, solo una compensación por el mal trago que en público tuvieron que pasar y sin recibir una mínima disculpa por ello. Así que dar el cambiazo yo lo veo del todo justificado. Nadie se dará cuenta en mucho o muchísimo tiempo y cuando así sea se lo callaran para evitar el ridículo. Seguro que a los ojos de todo el mundo dejará de haber alguna falsificación en los museos, así que todos tan contentos.
      Me alegro de que te haya gustado y suerte también, he visto que este mes en la gala habrá unas cuantas perlas de 900 palabras.

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    1. Hola, José. Hasta con arrugas la sonrisa es el mejor maquillaje para una mujer. Valió la pena sufrir aquel atropello demostró que llegado el momento supieron compensarlo. Me parece que en esta ocasión nadie se enterará de lo acontecido salvo los dos protagonistas y ese secreto será también el seguro nudo que los unirá todavía más.
      Saludos y suerte.

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    1. Hola, Josep. Yo también creo que la sustitución es justo pago al trato recibido. Cleo nunca venderá el colgante y el propietario de las perlas tampoco se enterará de que una es bastarda, así que todos contentos y aquí no ha pasado nada.
      Saludos y suerte.

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  9. Hola JM , me parece muy bien el final que a tenido tu relato , la verdad eso suele pasar , somos vecinos del mismo barrio que van casi juntos a la escuela o instituto , y pasa por casualidad un asteroide y desde ese día son almas gemelas.
    Esto es un ejemplo , te deseo mucha suerte con el reto
    Besos de flor.

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    1. Hola, Flor. Pues sí, muchas veces las circunstancias son laberintos de cristal que nos permiten ver el otro lado pero sin poderlo cruzar. Pero con paciencia puede romperse ese maleficio y acabar del mismo lado como en este relato. Saludos y suerte.

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    1. Hola, Cristina. Me alegro más que te haya divertido que gustado, el humor es un plus para mí. El giro final demuestra que hasta los más tranquilos y pacientes tienen su punto de aventura y acción, así que llegado el momento lo demuestran.
      Gracias por pasar, comentar y suerte.

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  10. Hola, JM. Qué menos que compensarles por el bochorno pasado sin merecimiento. Total, había muchas, así que el cambiazo no se iba a notar . Seguro que este incidente uniría a estos viejos conocidos y sin embargo solitarios. Estupendo relato. Me ha encantado Un abrazo.

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    1. Hola, Isan. Tú lo has dicho, la sustitución de la perla es una justa compensación, que no robo, por la humillación pública padecida. Si le das a alguien La Luna seguro que no se olvida de tí y siendo buena gente la querrá contigo compartir. Me alegro de que te haya gustado, gracias por comentar y suerte, este mes va a haber unas cuantas perlas en la gala y la única falsa va a ser la mía. 😁🖐️

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  11. Me ha gustado muchísimo el principio . Los 30 años de fugaces encuentros en que seguro que ambos pensaban en el otro de alguna maner, sin dar ninguno de los dos el primer paso. Esa tension contenida por tanto tiempo. El finsl tambien resulta sorprendente, ese arranque del quesiempre ha sido tan prudente, y wue seguira siendolo despues , sin duda, aunwue acompañado.
    Saludoss

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    1. Hola, Gabiliante. Son situaciones que pasan y como en este caso desapercibidas hasta que surgen. Todos conocemos gente, de vista de toda la vida, con la que no hemos cruzado palabra alguna. Algo que en los pueblos no pasaría pero en las ciudades, debemos ser más estirados, sí lo solemos hacer. Me alegro de que te haya gustado la historia. Saludos y suerte.

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  12. Hola, JM. Me ha gustado mucho tu relato. Sin rococó, lenguaje sencillo historia tranquila. Pero me ha enganchado hasta el final. Y bueno, el final merecido, mal le han tratado los seguratas, mal lo pasarán cuando se den cuenta del cambio. ¡Qué digo yo, que antes o después pasará! Para entonces a saber en qué punto están estos dos nuevos amigos.
    Saludos

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    1. Hola, JL. Me alegro de que te haya gustado y pases a comentarlo. En cuanto a mi lenguaje, no admite florituras ni exquisiteces literarias, porque el autor bastante tiene ya con puntuar medianamente y corregir la ortografía. 😁😁 Así que con una línea argumental simple, con ritmo y algo de humor me doy por satisfecho.

      No te preocupes por los protagonistas, seguirán con su amistad y complicidad. En cuanto a las perlas de la exposición nadie se dará cuenta de la intrusa, si no se tocan con las yemas de los dedos, no se nota la diferencia; y todos los operarios, llevan guantes de algodón, cuando las manipulan.
      Saludos y gracias por pasar.

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  13. Está claro que esta relación ha sido fuera de lo común de principio a fin. Que la chica se llamara Cleo creo que predispuso la situación y el desenlace, era justo que se llevara una auténtica perla egipcia. Y al hombre-armario ojalá lo pillen por haber hecho mal su trabajo y le den su merecido, por tonto. A ellos no.
    Me ha gustado mucho y me ha hecho reír.
    Suerte con el concurso.
    Saludos, JM.

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    1. Hola, MJ. Me alegro de que te haya gustado esta historia, pero más que te resultase divertida. Clotilde o Cleo (ilustre guerrera) seguramente, como dices, estaría predestinada lo mismo que a esta tardía amistad también a poseer una auténtica Perla Luna. En cuanto a los de seguridad y su prepotente jefe seguro que no se enteraran de nada y seguirán creyéndose los mejores del gremio. 😂😂
      Por cierto, andan circulando por las darkwebs instrucciones concretas de esta hazaña para que se pueda repetir en otras exposiciones, por su puesto de forma anónima.
      Saludos y suerte 🖐🏻

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  14. Hola, JM. Me ha encantado el relato. El principio se me hizo dulce y tierno al leer como se evitaban vergonzosamente. Y puedo decir que nos has tomado a más de uno por sorpresa al final, ya que nadie esperaba que el protagonista, robara la perla, ja, ja.
    Me intriga saber si la relación de ellos quedará en una amistad o escalará a algo más.
    Mucha suerte en el concurso.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Cynthia. Yo creo que es lo que pasa, hasta que no se rompe el hielo puede resultar incomodo encontrarse con alguien recurrentemente y sabiendo ambos que se conocen desde críos. Me alegro por la sorpresa, para mi un giro que confirma y refuerza esa amistad.
      No soy cotilla pero te diré que públicamente son amigos y no de lo de interés sino de verdad, En privado vete tu a saber, pero eso ya es cosa suya, aunque sabedores de lo que suele pasar me da que esperaran otros treinta años más para dar ese paso. 😁😁
      Gracias por pasar y comentar. Saludos y suerte. 🖐🏼

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