

Hoy quizás…
Son las cuatro de la tarde, el cuco del reloj acaba de cantarlo, la taberna abre sus puertas. Él no es un vagabundo ni un mendigo, solo un melancólico soñador, que se inspira, delante de una copa de vino. Su imaginación flota entre los vapores etílicos que, como una catapulta a cámara lenta, lo elevan hasta lo más alto. Allí, donde los picos del valle, atravesando las sombras de la desesperación, se visten inmaculados de blanco. Allí, donde las Almas revoloteando, como en un recreo, esperan ser llamadas, por la campana del infinito cielo, a su eterna morada. Hoy quizás...
100 palabras justas
¡Qué bonito te ha quedado! Felicidades JM, y un abrazo.
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Muchas gracias, Marlen. Me alegro de que te haya gustado. Saludos
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Dejó en manos del azar su destino. Ya había perdido en la apuesta la vista, ¿De qué servía si no estaba ella para ser mirada? Igual el gusto, sentido que no le había traído sino vicio y desgracia. Le quedaba el olfato con que percibía la dulzura del vino sin tener que embriagarse, le quedaba el oído para deleitarse del fino canto del pájaro azul. Y, finalmente, conservaba el tacto, bendito don que le permitía lanzar el dado nuevamente y apostar uno más de los sentidos. Hacía tiempo que soñaba con desvanecerse y todo dependía ahora de la aparición del cuatro.
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Los sentidos fueron perdiendo sus facultades, pero solo con la nostalgia de sus sensaciones avivaba el recuerdo de su sentimiento; aunque el inexorable tiempo hubiera puesto años de distancia en los mismos.
Solo el vino y sorbo a sorbo, sin prisa ni agobio, como en un sopor conseguía transportarlo allí donde los relojes no tienen agujas y el espacio permite que los sueños se citen con quienes ya disfrutan de su merecida paz eterna.
🖐🏼
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Eso! 👏👏👏
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Espero no suene a piratería, me encantó tu relato y simplemente me inspiré. Y también espero y no me falle la cuenta del 1 al 100.
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Piratería de la buena, de la mejor,
de esa en que navegamos
a toda vela con la imaginación.
Atravesando mares de empatía,
guiados por delfines de nostalgia,
a favor del viento de la inspiración.
🥂🖐🏼
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Hola, JM. Qué triste y qué aire más melancólico sobrevuela sobre tu protagonista. Bebiendo esperando la muerte… ¡Desolador! Muy buen uso de todos los elementos del reto. Muchas gracias por tu aporte al desafío del mes de marzo. Un abrazo, y a por abril 😉
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Hola, Lídia. Bueno, yo lo veo más nostálgico que triste o melancólico. Hay etapas en la vida que el presente se sustenta entre recuerdos como saltando entre piedras para cruzar un profundo río y no ahogarte con la corriente.
El caso es que con el tiempo que me quedaba solo pude improvisar eso en vez de algo más alegre. Saludos 🖐🏼
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Me ha recordado al «hombre del piano» pero, al contrario que tu texto que, dentro de su melancolía, denotas poesía y hermosura.
Un beso enorme, Jm.
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Hola, Maga. Como le decía a Lídia, mi intención era más de nostalgia que de tristeza. Gracias por la visita y el comentario. 🖐🏼
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Descriptivo y teñido, quizás por el color de estos tiempos que nos imponen. Un saludo.
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Gracias, Carlos. Las reflexiones las hacemos nosotros, pero los que controlan o quieren controlarnos parece que no mucho. Saludos 🖐🏼
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muy lindo relato, llego de melancolía, tristeza, de alguna forma hacés que el lector entre en ese mundo, yo por ejemplo me sentía al lado del personaje mientras leía, yo tranquilo con una copa de vino acompañaba al personaje…
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Hola, Wulfric. Me alegro de que te haya gustado. Seguramente más de una reflexión se ha hecho con una copa de vino. Saludos y gracias 🖐🏼
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