Diario de un percebe (soso): Mis memorias, como aprendí a ser ventríloco

Con el paso de los años, lo que empezó como una broma, acabó siendo una coletilla que no me gustaba nada. Decían que hablaba solo y que acabaría como un viejo cascarrabias. Que coño voy a hablar yo solo, estaría por teléfono o como mucho tarareando algo. Mis respuestas justificadas, para algunos eran una sonrisita … Continúa leyendo Diario de un percebe (soso): Mis memorias, como aprendí a ser ventríloco