Me pasó hace algún tiempo y es una lección que, aunque a veces olvido, procuro tenerla presente, sobretodo si no quiero pasar una noche toledana 😛
Viéndola comer me estremecí, su compostura y modales me hicieron sentir vergüenza. Sus, casi exquisitos, movimientos con los cubiertos me estaban acomplejando. No me suelo fijar en los otros comensales cuando voy a comer a un restaurante, pero ella estaba justo enfrente, comiendo con toda elegancia mientras yo esperaba mi comanda.
No tardaron mucho en servirme y mis nervios, después del espectáculo presenciado, me anudaban la garganta, negándose esta a admitir cualquier comida transportada por mis temblorosas manos. Con mi hambre habitual de mediodía, igual que un perro, hubiera devorado la comida sin respirar prácticamente.
En esta ocasión, la vergüenza venció a la gula, e intenté imitar a la vecina de la mesa de enfrente que ya estaba pelando su naranja del postre, como no, con cuchillo y tenedor. Mis habituales veinte minutos para comer, con el café incluido, se multiplicaron por cuatro.
Con la tripa llena, como de costumbre, y también con la lección aprendida, salí del restaurante. Mi vecina de comedor estaba sentada en la terraza tomando un café, brevemente se cruzaron nuestras miradas, e instintivamente, sin mediar palabra, con un gesto y esbozando una sonrisa, nos saludamos.
Esa noche, dormí casi de un tirón, la digestión no me dio ni un solo ardor.
Es buena cosa comer sosegadamente ☺️
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Se saborea mejor
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Y por la noche también se puede dormir mejor 👍
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Sí, la digestión lo agradece. Gracias y Saludos 🖐️
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Comer sosegadamente pero sin las exquisiteces excesivas que alguna gente se gasta. Un colegio en el que trabaje había al guna profesora que otra que pelaban la naranja con cuchillo y tenedor, pero también las gambas… El resto nos mirábamos y nos reíamos. Eran maestras que seguro que habían sido instruidas por la sección femenina de Franco. Saludos.
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Cuando se es elegante no desentona quien lo hace por cursileria si desentona. Los que no somos lo primero no debemos caer en lo segundo. Se puede comer bien, haciéndolo con tranquilidad y disfrutando de las viandas.
Saludos ✋
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Practicar el arte de la vida, hacer de la propia vida una “obra de arte” equivale en nuestro mundo moderno líquido a permanecer en un estado de transformación permanente, a redefinirse perpetuamente transformándose (o al menos intentándolo) en alguien distinto del que se ha ido hasta ahora. Esta es mi experiencia después de haber leído tu texto. Felicidades.
Te invito a leer mi más reciente publicación llamada Así conocí a Pablo Escobar… Gabo llega en su momento. Te comparto el link
https://lagachamanzanaequis.wordpress.com/2018/08/01/asi-conoci-a-pablo-escobar-gabo-llega-en-su-momento/
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Gracias por pasar y comentar 🙂
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Yo no sé pelar las naranjas así…
Un punto intermedio está bien.
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Mi punto intermedio es no pedir naranja de postre 😀 😀
Y hay cosas de comer, me da igual el sitio que sea, que las cojo con la mano. Fingir lo que no soy por estar en un lugar de postín no me hace más elegante o presentable.
Saludos 🙂
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