La tertulia de las diez: «Mi chistera»


Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.


Anoche soñé que estaba vestido de frac y con sombrero de copa, había mucha gente porque era la calle de los bares y yo a la hora de pagar en cada uno sacaba de mi chistera un billete. Las personas al verme se sorprendían más por mi forma de pagar, que por mi atuendo de novio de película de época, y brindábamos entre sonrisas. Recuerdo que yo tomaba zumo de naranja con unas gotas de vodka y así me pasé toda la noche entre risas y brindis.

Al despertarme estaba alegre, satisfecho y sin resaca, ya sabía, cuando fuera de copas, que pedir para aguantar toda la noche bebiendo sin problema al día siguiente. Con esos pensamientos flotando en mi mente, decidí hacer mi sueño realidad ese mismo viernes. Quedé con los amigos como de costumbre pero sin desvelar la sorpresa de mi vestimenta.

Por la tarde, del día señalado, fui a recoger el traje con sombrero alquilado, los nervios me ponían de lo más excitado esperando la hora de la cita. Al fin llegó el momento, mi entrada en el local no fue triunfal, a propósito fui algo tarde para que todos estuvieran ya allí pero ninguno me reconoció.

Al quitarme el sombrero y saludar las risas fueron contagiosas y los chistes sobre magos, con trucos de palabras, dieron juego a la conversación para varias rondas de mis zumos con gotas de licor. El resto de personas de los locales, en su mayoría, me miraban como si estuviera ridículo y haciendo el payaso o, simplemente, borracho.

Estuvimos toda la noche así, nosotros y los de al lado de la barra nuestro, ya fueran grupos mixtos o solo de hombres o de mujeres, sonreían y brindaban con nosotros. Por supuesto cada vez que me tocaba pagar, sacando el billete de la chistera, las carcajadas eran sonadas. Al fondo, en las mesas, los grupos o las parejas que las ocupaban, seguían mirándonos como a bichos raros que, aún sin meternos con nadie, estábamos de más; comentaban, y me señalaban con el dedo, mientras bebían de sus extravagantes consumiciones.

Las ilusiones, para los que presumen de vivir en la realidad, son solo fantasías. Allá ellos, se pierden lo que realmente significa vivir, encerrando su imaginación; pobres zombies que, por su estupidez, humanos dejaron de ser.


Quienes viven sus sueños lo hacen dos veces

2 comentarios sobre “La tertulia de las diez: «Mi chistera»

    1. La realidad es el zumo, de naranja o limón según el día, y las gotas de vodka las que nos alegran la jornada. Las cosas cambian con las épocas, antes llevar un pantalón con un siete nos daba apuro y ahora se presume de llevarlos rotos por todos los lados.
      Quien vive de criticar a los demás no tiene ni vida propia ni sueños, puede que sea moda yo prefiero soñar, al menos los viviré una vez.
      Muchas gracias por pasar y comentar Carlos ✋

      Le gusta a 1 persona

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