Diario de un Percebe (soso): 16 de agosto El Día de equivocaciones

Ya me estaba mosqueando, conmigo y con mi mundo, por no tener nada relevante para apuntar, en mi diario, desde hacia una buena temporada. Ya pensaba que me estaba zombiezando en mi vejez. Pero ayer, casualmente, rejuvenecí varias décadas gracias a mis errores de principiante.

Aprovechando, el puente que yo sí trabajaba y el buen tiempo, opté por ir a pasar la ITV a mi herramienta de trabajo rodante. La cosa empezó bien hasta el primer tropiezo.

Al llegar a la vía de acceso, ya particular, de la instalación veo a un vehículo que viene de frente justo por mi lado. A medida que nos aproximamos veo que es una mujer manipulando en el móvil. La sorpresa fue mutua y al final decidí yo abrirme hacía la derecha, si la derecha. Era yo el zoquete que, por ese tramo, iba circulando por la izquierda. Eso me devolvió a mis primeros tiempos de conductor que por donde no había rayas pintadas en los caminos no sabía si yo iba o venía invadiendo el carril opuesto.

La cosa es que en esa ITV hacían puente y me acerque a la siguiente que estaba a otros veinte kilómetros. Curiosamente, también habían hecho fiesta hasta el lunes. Me quedaba otra oportunidad otros treinta km más allá y de perdidos al río, faltaría más que yo me echara hacía atrás.

En este último intento si acerté y estaba abierta. Lo curioso es que el martes estuve por internet mirando para fijar la cita y esta, precisamente, era la única que no tenía el día 16 sombreado. A Percebe, a veces, no me gano ni entrenando. Aquí el rollo fue por el papeleo pero eso, al menos, no era directamente culpa mía.

Al final, con tantas equivocaciones como un aprendiz, más que como un frustrado, me sentí juvenil. Mi mente sigue verde o, cuando menos, a medio madurar.

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