VadeReto (Abril 2020)


VadeReto (Abril 2020)
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Las paseantas del Sardinero

De crío en verano lo de ir a la playa era la lucha diaria con ni madre, allá por el siglo pasado. Disponer de ese lugar de esparcimiento y baño salado en la ciudad es un lujo al que hoy en día me costaría renunciar. La playa del Sardinero es de mar abierto y como tal había días de calma con bandera verde; otros más movidos de amarilla, pero los más divertidos porque con las olas no había quien me sacara del agua. Los días rojos, esos donde por la resaca no te podías ni acercar a la orilla, prefería no ir.

El caso es que al ser una playa lineal es muy propicia para pasear por su orilla. De aquellos lejanos años todavía recuerdo, sobre todo en los días en que la mar con su bandera amarilla ondeando, me revolcaba una y otra vez con sus olas acabando como una croqueta humana rebozada de arena en agua salada. Auténtica sarna con gusto que a esa edad no tenía comparación.

Pues bien había señoras castellanas, lo digo sin acritud ni burla gentilicia, que sabiendo de las bondades del paseo por la orilla de la mar, ni cortas ni perezosas lo hacían. Eso sí tal cual como, si fueran andando por la plaza mayor de su ciudad de origen, un domingo cualquiera. Es decir, de tiros largos, bien peinadas, enjoyadas, maquilladas y hasta con sombrero floral. El día que la bandera era verde, solo me llamaba la atención su atuendo tan arreglado y vistoso en comparación con la semi desnudez del resto de viandantes y bañistas.

Pero, cuando el amarillo era el color del puesto de vigilancia, una de las diversiones, entre col y col, era seguir con la vista una de esas parejas domingueras. Es curioso pero estas señoras iban siempre de dos en dos, bien madre e hija, hermanas o cuñadas o amigas, o lo que fueran. No tardarían mucho en recibir su bautizo saldo; los playeros sabemos que, cuando hay olas de vez en cuando, viene una racha con mayor ímpetu; cuando una de estas olas les ponían la zancadilla a su paso, acabando su elegante porte bañado y rebozado de arena mojada.

Las risas, salvo que fueran mujeres mayores a las que algún bañista tuviera que ayudar a levantar, por mi parte y por el resto de espectadores no eran disimuladas como un merecido aplauso a su accidentado desfile. Estas señoras castellanas aprendían y volverían en un atuendo más ligero con bañador, aunque igual de arregladas y enjoyadas. El caso es que ahora, habiendo ya probado el baño, cogían confianza y se metían algo más en la mar; claro que, cuando volvía la racha de olas marchosas, las bañistas castellanas no se libraban de un nuevo revolcón salado. Algunas al levantarse dejaban bien claro también lo pudorosas que eran, al notárselas la marca de su ropa interior por debajo del bañador.

Hoy en día con varias décadas a mis espaldas he de reconocer la playa es un escaparate de cuerpos humanos, y aquí sin discriminación alguna de sexos, al menos para un buen porcentaje de sus visitantes. Yo siempre he sido de los del baño y sol el justo para no quemarme, así que ver tostadas andantes me resulta más cansino que gratificante por muy orgulloso que sea su porte o pose. Tal vez sea porque yo, en mis buenos tiempos, no pase de artículo de rebajas y ahora literalmente soy de saldo a peso. 😂😂


Todo esto son recuerdos de infancia en los que la imaginación ha podido rellenar las lagunas de mi memoria.

9 comentarios sobre “VadeReto (Abril 2020)

    1. Si somos conscientes y consecuentes es cuestión de saber respetar el espacio, algo que se suele ignorar en los sitios públicos. Lo del metro por la calle o los más dos de espacio en la playa a mí nadie me lo tiene que enseñar y ya no por seguridad sino por respeto.
      Sí un poco atípico va a ser este verano, gracias por participar 🥂🖐

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      1. Sí de hecho se debería respetar el espacio ya de por sí, es de locos ir a la playa y estar apretujados todos, y tener cuidado siempre de no pisar la toalla del vecino. Sí lo malo es cuando respetas el espacio y cuando llegas de darte un chapuzón te encuentras invadido por cientos de toallas a tu lado jeje.
        Sí va a ser un verano distinto, yo tengo curiosidad de cómo será.
        De nada para eso estamos los vecinos😉🍷👋

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        1. Eso que comentas me suele pasar a mí, voy sobre pronto y me gusta darme un buen baño, cuando salgo hay veces que casi ni extender la toalla y eso que a la media hora ya me voy.
          Igual cuadriculan la arena para que se mantengan las distancias y entonces nos podremos bañar a gusto para luego secarnos sin tener a nadie pegado 😂😂 y otro brindis 🥂🖐

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  1. Yo soy castellana manchega, pero no me veo en esas señoras aunque sí que las he visto. De vacaciones en Canarias en la piscina del hotel se bañaban unas señoras con gorritos de goma con flores y pintadas. Apenas se metían medio cuerpo en el agua y no se movían. Mi hermano y mi marido cuando las señoras estaban más desprevenidas se zambullían de golpe para fastidiarles la pintura de la cara. Inventaron para hablar de ellas la palabra ORNI hace ya la tiiiira de años.🤣🤣🤣

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    1. Lo de castellana era para generalizar sin buscar confrontación. Aquí seguramente serian de Valladolid o Palencia y tampoco eran todas. más bien algunas que literalmente paseaban por la orilla como si fuera un parque en domingo. Ahora seguramente ya no habrá pero en el siglo pasado sí.
      En cuanto a los atuendos se ha cambiado, de antes las personas mayores tenían que vestir de una manera determinada. Para mí siendo un crío eran viejos pero igual de 70-75 años. Hoy afortunadamente a esa edad y más se puede ir discretamente vistiendo pero no llevando el delantal y el pañuelo negro o el chaleco y la boina de los abuelos de antes.
      Bueno, veo que ha dado algo de comidilla el tema y me alegro por ello Virtudes 😂🖐
      Y tampoco te puedes fiar de algunos espabilados de ciudad que van al campo a hacer alguna ruta con su cochazo yendo con traje y zapatos finos y ellas de cocktail con tacones y todo.
      De la elegancia al ridículo es cuestión de un solo traspiés 😂😂

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  2. Hola JM,
    esa escena que relatas era también muy común en las playas de Cádiz.
    Sí, también en el siglo pasado, muy a mediados. Uno ya tiene algunas canitas.
    Y no solo del centro venían así vestidas. La gente mayor de los pueblos colindantes era muy reacia a mostrar partes de su cuerpo, aunque solo fueran las pantorrillas. En mis recuerdos, estas mujeres vestían siempre de negro y estaban al cuidado de los nietos que se metían en el mar y sembraban el pánico en sus caras y gargantas.
    Aquí el agua es más mansa, excepto días de fuerte marejada en dónde solo los más valientes se atreven a ser molidos por los golpes de las olas.
    Son recuerdos nostálgicos y simpáticos, aunque también recuerdo las batallas que se liaban cuando aparecía alguna turista desvestida con bikini. En España siempre hemos ido atrasado en todo.
    Gracias por tu relato y tu participación en el VadeReto de este mes.
    Todavía más con lo obtusas que están las cabezas. Yo veo difícil que este abril sea capaz de hacer ni siquiera mi reto. Ya veremos.
    Un abrazo.

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    1. A los veteranos del siglo pasado estas cosas no suenan y de hecho las vivimos. Los tiempos cambian pero los recuerdos siguen por ahí en algún sitio de nuestras mentes.
      Y no te preocupes por el reto si lo hay bien sino para el mes siguiente o cuando sea.
      Saludos JA 🖐

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