Con ropa informal, salvo el típico gorrito de Santa, mi identidad era tan anónima como la de cualquier otro Noel. Así, cuando entré en la joyería, nadie le dio importancia a mi aspecto y fui atendido sin más. Hasta el día siguiente no se dieron cuenta del robo de aquellas valiosas piezas.
Las cámaras de vigilancia no descubrieron nada. Mi amigo era el dueño y se jactaba de su seguridad. El Día de los Inocentes volví y le mostré lo bien que brillaban las joyas en su árbol de Navidad.

¿Y cómo habrá reaccionado el amigo?
Una pregunta que jamás tendrá respuesta. Lo que hace interesante al relato.
Saludos.
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Pues, no sé su nivel de amistad, pero creo que como lo desafió no se lo haya tomado a mal y acepte haber sido burlado.
Saludos.
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Buenos días, JM.
Un ladrón amistoso y ocurrente. La inocentada debió serle muy ambigua al amigo. Por un lado, contento de recuperar el botín; por otro, mosqueado ante su vulnerabilidad.
Ladrón de guante blanco o de blanco muñeco. 😝
Abrazooo 🤗👍🏼🍻🍻🍻🍻
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Hola, JA. Las lecciones de humildad nos vienen bien a todos y al joyero, si es prepotente, ni te cuento. 😂😂
Saludos tardíos pero con: 🍻🍻🍻🍻🖐️
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Hola, JA. Las lecciones de humildad nos vienen bien a todos y al joyero, si es prepotente, ni te cuento. 😂😂
Saludos tardíos pero con: 🍻🍻🍻🍻🖐️
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