VadeReto (DICIEMBRE 2023).-

Reflexiones de un Percebe

En la vida, aunque no lo estemos pasando mal y tengamos nuestras necesidades básicas cubiertas, nos podemos sentir como actores secundarios de la misma; o, incluso, únicamente meros figurantes que pueden desaparecer de la proyección sin haber dejado huella de su presencia. Y ahora que estamos en Navidad, es buen momento para enviar la carta de los Reyes Magos con nuestros propósitos para el nuevo año.

Mi caso es más de lo mismo, con la excusa de tener tranquilidad y estar en paz, soy un completo desastre; pasando desapercibido para todos y en todo. No tengo una vida triunfadora y superficial como muchos de mis conocidos, ni tampoco soy tan extravagante que extreme sus rarezas para ser enmarcadas en los comentarios que estas puedan generar.

Podría decirse que soy un paria de clase casi media (hasta en eso soy mediocre) que solo ha dejado huella en su DNI. No me lamento por ello, si nadie me necesita tampoco se acordará de mí a la hora de odiar o guardarme rencor. Una cosa es no ser reconocido por mis escasos méritos, pero de eso a ser ninguneado hay un abismo galáctico; ¡Joder, no soy mala gente!

A veces pienso que soy un pequeño barco navegando en un inmenso mar y que justo cuando creo que voy a llegar a puerto, o bien yo o casi siempre el destino, me cambia el rumbo y finalmente me encuentro rodeado de agua sin ningún atisbo de tierra a la vista. Seguro que, a la deriva, ya habría varado en alguna cala o encallado entre arrecifes. ¡Pero coño, a alguna parte, habría llegado!

Soy más rebelde que un pirata de película, por ello cualquier rutina acaba sin parlamento por la borda, causa-efecto de que mis las labores domésticas y de intendencia se me acumulan día tras día. Yo me satisfago con ello al no ser esclavo de horarios ni disciplina alguna, pero por la noche caigo en la cuenta de que ese total caos es la rutina universal de mi vida; y claro, al día siguiente, vuelta a empezar el bucle.

Me he planteado en diversas ocasiones (soy rebelde y retorcido, pero no me cierro en banda), dejar de pensar tanto y hacer cosas: ser autómata, mecánico, y material. Hay mucha gente que pasa su existencia en este mundo así, pero: ¿merece la pena cambiar mi intelecto por una IA con sentimientos y emociones virtuales?, ¿sería un buen trueque dejar de ser invisible para ser uno más de la manada? Pues, ante esa grandilocuente duda, me acabo quedando (placidamente durmiendo) con mi anárquica imaginación.

Por último dire, para no extenderme en este despropósito, que la tecnología digital ha infectado con su virus binario a casi todos los que conozco y ellos ni se han enterado. Ahora todo el mundo para significarse se posiciona, me parece del todo correcto, pero solo en puntos (dos) y totalmente extremos; como si solo hubiera buenos (amigos) y malos (enemigos). Así, cuando debates algo y aportas un dato, rápidamente te sitúan a favor o en contra, nunca en medio o más próximo a alguna de las posturas.

En fin, ¡sí hasta en las fotos en blanco y negro, predominan los grises! ¡No te jode! Y los hay que parecen, y hasta son, más cortos que un puñetero bit; Por muy triunfadores y prestigiosos que crean que es su papel protagonista en este mundo.

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