Cinco líneas
Aunque hayan pasado década tras década, yo sigo siendo el mismo. Y no necesito hacer ante nadie, ni al espejo que es quien mejor me conoce, esas típicas confesiones morbosas; sí, esas, tan del agrado de quienes parecen carecer de su propia vida.
La verdad es que; tanto las pocas cosas buenas que yo haya hecho, como las bastantes malas en toda la vida; formaran parte de mi historia. Y, si aquello que no estuvo bien, me ha servido para aprender a no repetirlo, creo que es una lección recuperada.