Yo siempre he creído en el pensamiento libre, tanto si se piensa en cosas buenas, malas o inverosímiles; de ahí que considere como secta a cualquier religión que me diga lo que tengo que pensar.
El pensamiento es la puerta de la imaginación que nos permite llegar, si no lo limitamos, a cualquier parte, razonamiento o presuposición.
Ahora bien, si nos creemos lo que pensamos, muy habitual cuando hacemos una presuposición acerca de algo, estamos racionalizando algo que hemos imaginado y se puede volver contra nosotros. Las apariencias engañan y montar una película a partir de la mismas, a las personas, se nos suele dar bien, el problema es que nos la creamos como buena.
Pensar es imaginación y creer es racionalidad, cuando las mezclamos conviene tener claro que nuestra película puede tener muchas tomas falsas que no son reales.
Así es, yo también creo en el librepensamiento. Un concepto clave para construir un mundo libre de verdad, un primer paso.
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Sin imaginación es más fácil sentirse preso u oprimido. Soñar es un derecho innato y por lo tanto libre, así que ningún credo religioso o político debe condicionarlo.
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