Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.
Después de verse Expediente X, del primer al último episodio tanto doblados como en VOSE, se creyó suficientemente cualificado para encontrar la verdad ahí fuera.
En su búsqueda gastó todos sus ahorros, la herencia y todo lo que tenia. Al final, sobrevivía, con trabajos temporales pero no cejo en su empeño, sabía que la luz de la verdad aparecería al doblar la siguiente esquina, o la otra, o la del pueblo siguiente.
Su vagar por el mundo, y por la vida, le llevaron a conocer las miserias de las grandes ciudades, de las medianas y de cualquier pueblo por donde hizo acto de presencia. Con el paso de los años, lo único que seguía dándolo fuerzas para seguir, era encontrarse con la verdad.
El tiempo y la edad pasan, periódicamente, su factura y una neumonía doble, estuvo a punto de mostrarle la luz del otro barrio, antes que la de la verdad. Al salir del hospital de beneficencia, siguió su camino hasta que al llegar a las afueras de la cuidad, y se quedó, a pasar la noche, en un improvisado campamento de vagabundos en la ribera del río.
Sentado allí, viendo como discurría el pequeño caudal de agua, tranquilo pero sin pausa, vio la, también, tranquila pero sin pausa, puesta de sol de ese día. En ese momento supo que había encontrado la verdad, que tan esquiva había estado durante años, de su búsqueda sin pausa ni descanso.
La verdad, está en la realidad que nos rodea; en la miseria, que evitamos mirando para otro lado, para no sentirnos salpicados y contagiados de ella. Esta en el curso de la vida, igual que el de un río, que pase lo que pase, su destino es llegar a otro mayor, o directamente al mar. Esta en las puestas de sol, que todos los días no dice que la Tierra sigue girando y que habrá un amanecer la mañana siguiente. Está en tantas cosas, que ignoramos o no queremos ver, que la buscamos como si fuera ella la que se escondiera.
Exacto. Nos esforzamos en ver más allá, fuera. Y muchas veces lo que ansiamos encontrar está muy cerca o incluso dentro de nosotros mismos.
Saludos, jm!
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Las orejeras sociales y las gafas de superficialidad son los filtros, de la realidad, que nos ocultan la verdad. Es cuando decimos que no sale el sol, en vez de reconocer, que son las nubes quien lo ocultan.
Gracias por pasar y comentar Lídia 🙂
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Bello razonamiento, me encanta! Saludos.
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Gracias Elia 🙂
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Muy bueno el párrafo final. Y muy cierto. Buena historia, un poco de frikismo Expediente X jeje.
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No voy a ocultar la vena de ello 😂😂👽🖖
Gracias por pasar y comentar R&M
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