La tertulia de las diez: «El céntimo de la suerte»


Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.


Una brillante moneda en el suelo, aunque sea de un simple céntimo, dicen que es una señal de buena suerte. La verdad que agacharse por un importe tan exiguo, seguramente, sea más por superstición que un beneficio económico. El caso es que esta mañana, en mitad de la acera que todos los días recorro camino de la oficina, brillaba un pequeño objeto circular, la luz de la farola no destacaba su color cobrizo; pero, por el tamaño, estaba claro que debía tratarse de un céntimo.

A esas horas agacharse, con la espalda fría, me recordó la antigua lesión lumbar justo al recuperar mi verticalidad. El resto del camino hacía el trabajo me estuve maldiciendo por mi acción; de hecho, justo antes de salir al desayunar, ya concerté cita con mi fisioterapeuta para aliviar mi incipiente dolor de espalda esa misma tarde.

Al llegar a la sala de espera de la consulta solamente había una chica, bueno una mujer o señora, de mediana edad que, por su cara y la forzada postura de como estaba sentada, también debía tener dolor lumbar. Con un hola y una mueca entre risa y dolor, ambos intercambiamos un saludo de cortesía. Se ve que nuestros respectivos gestos forzados nos hicieron gracia de verdad; en esta ocasión, ambos, soltamos una carcajada de verdad.

Lógicamente ella entro primero y al salir me dio a mi la vez, esta vez su adiós fue sin mueca ni sonrisa forzada. Mi lesión, afortunadamente, solo era un amago; después de un masaje, con la crema mágica, salí yo también como nuevo. Aproveché que todavía no era tarde para entrar en la cafetería, de justo al lado, para celebrar mi rápida mejoría con una buena jarra de cerveza.

En la barra, al lado del cañero, estaba mi casual compañera de masajista, y para mayor sorpresa, no estaba tomando un café; No, delante suyo, tenía una jarra de cerveza como la que yo iba a pedir en ese mismo momento. Tampoco hubo, en esta ocasión saludo cuando nos vimos, pero al recibir yo mi pinta de cerveza, ella tenia la suya levantada para dar un sorbo, e instintivamente, cruzamos nuestras jarras a modo de brindis. Esta vez la sonrisa de ambos, seguramente por la ausencia de los dolores lumbares, fue completamente natural y expresiva.

A la segunda ronda, claro ella pago la primera; Yo, tan obligado como con gusto, la había pedido; ya nos habíamos presentado y hasta dado cuenta que eramos casi vecinos, que teníamos un trabajo igual de aburrido en una aburrida oficina, que en nuestras relaciones eramos celosos de nuestra intimidad y no nos abríamos al resto. Y, por último, que tampoco teníamos mayor inconveniente en ampliar nuestro círculo de amistades; con alguien afín a nuestros gustos.

Al llegar a casa, saque el reluciente céntimo encontrado y lo guardé en mi pequeña caja de tesoros, donde suelo poner todos estos amuletos fortuitos que de vez en cuando me encuentro. Este último, a pesar de su ínfimo valor intrínseco, ha resultado ser de incalculable precio.

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Justo, antes de dormir, envié un mensaje de buenas noches a mi nueva amistad y, al momento, me llegó su respuesta con un igualmente. Seguramente, mañana después del trabajo, repitamos con la charla, las pintas y hasta hagamos algún plan para el próximo finde.


18 comentarios sobre “La tertulia de las diez: «El céntimo de la suerte»

  1. Ya ves como con tan ínfimo detalle como coger un céntimo del suelo te llevo al fisio en donde hiciste una nueva amistad. Qué importante son las decisiones que tomamos. Si no hubieras cogido el céntimo, no hubieras ido al fisio y por consiguiente no hubieras conocido a tu nueva amiga.
    Ojalá tuviera un fisio tan bueno como el tuyo me iría muy bien para mi lesión del brazo (codo de tenista lo llaman)
    Me alegro estar de nuevo por aquí, que he estado un poco ausente…y visitar a los vecinos de esta comunidad.
    Feliz noche JmVanjav
    Un abrazo

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  2. El día está lleno de detalles, tan solo tenemos que percibirlos y actuar. A veces pensamos que hubiera sido si…. dificil respuesta. El caso es que a partir de un humilde céntimo se consiguió una nueva amistad, quién sabe si duradera. Son esos detalles los que dan sal a la vida. Y lo importante es fijarse en ellos. Excelente relato. Un abrazo.

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    1. Gracias Carlos, me alegro que te haya gustado. Las señales están ahí y el verlas, o como las interpretemos, depende de nosotros. Todo está relacionado de una manera u otra, debemos de navegar en una vida llena de alternancias que con el tiempo vamos aprendiendo pero no nos viene mal, de vez en cuando, encontrar algún céntimo.
      Saludos y gracias por participar ✋

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    1. La verdad es que cuando lo escribí me vino ese recuerdo, no al revés, y quise que un giro final simpático y positivo. Espero que, aunque ligeramente plagiado el famoso cuento, te haya gustado, mi moraleja al menos es diferente y más acorde con la edad de los protagonistas 😀✋

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        1. Cierto, queramos o no, siempre hay algo que ya hemos oído o visto, y nos influye en lo que escribimos. Lo importante es decirlo usando nuestras palabras y que se entienda lo que queremos decir.
          Me alegro que te haya gustado, esta para variar, pudiera ser hasta real 😊✋

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