La Musa, esa señora por la que nuestra imaginación se desborda y, cuando le falta, solo un triste agujero negro es. No nos importa que la dama sea promiscua y casquivana, estando hoy conmigo, mañana contigo y pasado con el del blog de enfrente; además, tampoco discrimina en cuanto al género de sus visitados, por … Continúa leyendo La Musa, en ocasiones, me gasta bromas (micro XXVI)