La tertulia de las diez: “La novela inacabada” (Final V Bis)


Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.


Aprovechando el título de Una novela inacabada de otra entrada aprovecho para ponerle un final distinto a la historia:

Final V

“Sí que conocí al autor de esta novela, eramos vecinos y amigos desde muchos años atrás...

Último capítulo

Recapitulemos:

Raúl, maestro retirado, viudo por accidente de coche hace más de veinte años, como familia solo tiene un sobrino de su mujer que vive en Madrid. Murió recientemente por posibles causas naturales.
Manolo, vecino, exalumno y amigo de Raúl, leía sus escritos y editó su novela inacabada. Es librero y tiene uno de los puestos del Parque de la Avenida.
Julia, hermana menor de Manolo y socia de la libreria, parca de palabras pero de agudas respuestas.
Ena, mujer de Raúl, muerta hace veinte años en accidente de coche, iba acompañada de un niño, su sobrino, que resultó ileso.
Leo, sobrino político de Raúl, problemas con el juego y algún otro vicio. Único heredero, aparentemente un piso y algunos trasto viejos.
Óscar, regente de una sala de apuestas en Madrid, seguramente tapadera de otras ilegales. Amigo y acreedor de Leo.
Antón, amigo o conocido del librero al que le sacó la historia de Raúl.
Vanjav, detective subinspector, más conocido por El Percebe, por su torpeza y despistes pero, algún que otro caso, resuelve. Escuchó casualmente en un bar la narración del librero y le pareció sospechosa.


Ese viernes de octubre el puesto de libros usados de Manolo y Julia no abrió, ambos estaban sentados en una sala de la comisaria. Con ellos estaba Óscar, este además esposado, y tampoco faltaba Leo con cara de no saber que coño hacia allí. Al fondo de la mesa estaba el subinspector, sujetaba con ambas manos una gruesa carpeta, dispuesto a empezar su exposición.

De repente, se abrió la puerta y un joven teniente, se dirigió a su colega, con una sonrisa mal ocultada. —Estoo… Percebe, ¿queréis café, agua o algo? —Vanjav, perro y más que viejo, ya conocía sobradamente la broma de utilizar su mote públicamente y devolvió el cumplido a su superior. —Estamos bien ¡tenien_Tin!, gracias. —El oficial Valentín, cerró la puerta tratando de disimular el portazo, estaba verde en el puesto y no aceptaba, todavía, de muy buen grado su acrónimo.

Creo que ya tenemos todas las piezas del caso y si no hay más interrupciones se las expondré a los presentes. Las pistas, después de un mes de indagaciones, han dado sus frutos y no solamente por nuestro acompañante esposado. —Así empezó el subinspector su disertación mientras abría la carpeta del caso.

«Manolo y Julia, además de hermanos también vecinos del finado, ella en el tercero y él en el segundo en la puerta de enfrente. Que Raúl, a sus ochenta y dos años, muriera por causas naturales, estando además medicado para el corazón, no tendría nada de extraño. Julia, si me dijo, haber visto al sobrino, la semana anterior al fallecimiento abriendo el buzón. Tampoco tendría nada de particular, salvo porque sus visitas habituales solo eran una o dos veces al año y, en el vigente se tropezaba con él cada mes. Manolo también aportó alguna pista con lo de los manuscritos, posiblemente tirados, cuando, al poco del fallecimiento, vio una buena pila de cosas del piso de Raúl tiradas en la basura. La prematura venta del piso, así como con mucha prisa, también indicaba la necesidad de liquidez por parte de su heredero».

«Óscar, aquí presente y esposado, recientemente fue pillado por los compañeros anti fraude de Madrid, tiene vínculos con una mafia del Este que curiosamente tiene parentesco con Ena, mujer de Raúl y su hermana Lina madre de Leo. La primera vino bien joven a trabajar a España donde conoció a su marido. Lina la hermana menor, en cambio, se emparejo con un lugarteniente de la mafia de apuestas y tuvieron a Leo. Al poco de trasladarse aquí para expandir su negocio, ambos fueron víctimas de un ajuste de cuentas. Óscar, en aquella época, era solo un muchacho y poco o nada tendría que ver con ese asunto. De hecho fue el amigo protector del pequeño huérfano. Unos pocos años después de esto, el accidente de Ena con Leo en el coche, no quedó muy claro en el informe pericial, pero tampoco se le encontró relación alguna.

«Ena, realmente no falleció en el accidente, al venir a España, y enterarse de las peligrosas amistades de su hermana, cambió ligeramente su apellido cuando se nacionalizo por seguridad. Cuando se volvió a encontrar con Lina y su sobrino, está le entregó en custodia un pequeño cofre con monedas muy antiguas de oro y algunas piedras preciosas que se trajo de su país, como fondo de emergencia en caso de fuga, por la tensa situación de las bandas. La colisión con el coche fue provocada por la banda rival. En el hospital, a pesar de su gravedad, fue secuestrada y llevada a un sanatorio privado; en su lugar pusieron un cadáver que, por error intencionado, se incineró sin hacerle la autopsia; quedando así como, oficialmente, fallecida. Todo esto está estaba documentado y solo faltaba unir adecuadamente las piezas. Sigamos, Ena en la clínica controlada por la banda de sus secuestradores, salió del coma y se recupero salvo por una amnesia total. En cambio, si fue recordando sus habilidades profesionales como enfermera, por lo que acabó quedándose como personal del sanatorio.

«Raúl, quedó muy afectado por accidente y los dos años activos que le quedaban los pasó bastante mal. Al jubilarse, todavía, en plena depresión, decidió recluirse una temporada en un centro de reposo. Por problemas de plazas tuvo que escoger uno muy poco conocido, allí se reencontró con la enfermera desmemoriada, su propia mujer muerta. Ella, a pesar de no reconocerlo, si hizo amistad con él, por eso varias veces al año Raúl, guardando el secreto de su existencia, pasaba allí una o dos semanas de reposo. Empezó a escribir y con el tiempo, convencido por Manolo, comenzó su novela de intriga que, curiosamente, cambiando nombres y lugares contaba su propia truculenta historia. Hace unos meses Ena tuvo un ataque y en esta ocasión, sí murió de verdad. Al poco, a falta del último capítulo, Raúl la también murió. Al principio, pensé en un suicidio por sobredosis, con las pastillas para el corazón. Pero la casual visita de su sobrino, justo la semana anterior a su muerte, me llevo a otra vía de investigación.

Aquí haré un inciso aclaratorio. Cuando Raúl volvió a ver a Ena, la guerra de bandas había cambiado la sangre por dinero, acabando en una unificación o absorción, a saber como operan estas multinacionales del crimen. Lo del cofre, con su pequeña fortuna dentro, paso a ser una leyenda para los vigentes capos, como si nunca realmente hubiera existido.

«Leo, tus desgracias familiares no justificaban tus vicios, en especial el de las apuestas compulsivas. Aunque tu amigo y protector Óscar, te evitó más de un disgusto, la situación de tus deudas llegó a mayores, huyendo últimamente con más frecuencia a casa de tu tío, mientras se tranquilizaban las cosas. Allí, seguramente, por casualidad, leyeras algún capítulo de su manuscrito de tu tío y reconocieras bastantes paralelismos con tu propia historia. Que tu tía estuviera viva sin memoria y haciendo mención a un pequeño tesoro, debió avivar tu insaciable codicia. Seguramente, en tu última visita, con tu tío abatido por la segunda y definitiva muerte de Ena, decidiste acelerar los acontecimientos. Sustituiste una de sus pastillas para el corazón por otra igual pero de dosis muy superior. No sabrías cuando la tomaría y tú en Madrid esperarías la comunicación de su deceso; como así acorrió. La limpieza de la casa, tirando todos los enseres era una búsqueda desesperada del cofre, y su pronta venta un respiro para tus acuciantes deudas. Todo esto está perfectamente contrastado; y en cuanto a las pastillas, revisando los medicamentos, se han encontrado tus huellas confirmando su manipulación. Por lo tanto, saldrás de aquí tan esposado como Óscar, solo que él, seguramente, deje la cárcel mucho primero que tú, al no haber tenido nada que ver con asesinato alguno.

Bueno eso es todo y el caso ha quedado cerrado, a los inocentes siento haberlos tenido aquí toda la mañana. Pero, por su vinculación con la víctima, creo que tenían derecho de primera mano a saber los hechos acontecidos; y, como ya he dicho, contrastados. ¿Sí no hay ninguna pregunta… podemos ya, dar por concluida, esta exposición? —Y con esa pregunta de doble filo El Percebe, perdón el subinspector Vanjav, acabó su larga parrafada.

— Supongo que querrá el cofrecito, subinspector, para poner la última pieza de este puzzle. — El aire se corto, literalmente, con la breve exposición de Julia. Todos, incluido su hermano, la miraron estupefactos y, como en ella era habitual, sin dar tiempo a recibir la pregunta, de su bolso saco lo que parecía un sencillo joyero de cartón — . Al poco, también sin dar tiempo a ser preguntada, añadió:

«Raúl, la última semana, cuando Leo se presentó en su casa, bajó y me entregó el joyero, debía sospechar que ya no viviría mucho más. Lo había encontrado entre las cosas de Ena y no quería que su sobrino diera con él. Me dio también, esta nota firmada en la que nos lo deja a Manolo y a mi como sus propietarios legales, junto con la factura original de las monedas y los brillantes.»


Los tesoros, perfectamente, puede habitar en humildes cajas de cartón.

P.D. Espero haber satisfecho la petición de un final más cerrado a esta novela inacabada. El resultado, a mi particularmente, me parece un poco folletín. Y, siendo esta la sexta entrada relacionada, ya casi parece una novela por entregas. Saludos a todos y, por mi parte, espero no soltar más rollos infumables como el presente 😀🖐

22 comentarios sobre “La tertulia de las diez: “La novela inacabada” (Final V Bis)

  1. Bueno, me encanta!!!
    Has dejado ya todo muy claro, el subinspector ha dado con todas las piezas del puzle.
    Me parecen geniales los nombres de muchos de los personajes, Antón, Vanjav, incluso el tenien tin, te faltó Igon la del furgón jejeje.
    Te has salido!!!!
    Vamos novela de 10 Plus.
    Tienes imaginación para dar y regalar, además todo muy bien hilado.
    Creo que deberías hablar con Santiago Segura y hacerle guiones, ah eso sí, buscame un papel en la peli, en otra época hice teatro y echo de menos esa faceta, jajajaja.
    Ha estado magnífico JM, como todo lo que nos dejas.
    Un abrazote. 🙋🏼‍♀️💝

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    1. Me alegro de que te haya gustado, al final casi tuve que hacer yo la novela 😂😂 En cuanto a los nombres, evito posibles referencias, con Anton no hay problema y hasta pueda sentirse identificado. Contigo, si relees la parte de Julia, algo igual te suena 😁 y fue quien la última pieza puso 😂👍
      Saludos Ivonne🖐

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