La tertulia de las diez: "La infinita soledad"


Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.

Sabia que de esa noche no pasaría, la sedación había sido más fuerte, lo sabía porque sus efectos le hacían pensar como a cámara muuuuy lennnnta. Sus creencias respecto al más allá eran bastante particulares y para nada credo de religión alguna. En cambio, la idea de múltiples o infinitos mundos paralelos; donde cada una de nuestras versiones toman diversas decisiones y hacen otras cosas, como segundas oportunidades de nuestra imaginación; era algo en lo que él firmemente si creía.

Una oscuridad sin límites como la de un cielo desestrellado era su única percepción en cualquiera de las direcciones. Allí, flotando en un Universo de vacío sin materia alguna, su Alma rememoraba el período que emparejada con un cuerpo tuvo su vida terrenal. Aunque los recuerdos eran completos sin laguna alguna la ausencia de tiempo hacía que toda su vida pasara en un flash.

No sabía ya cuantas veces había revivido toda su existencia pero en la última ocasión le pareció que hubo algunas pequeñas variaciones con respecto a las anteriores. Imaginaciones de un Alma ávida de recuerdos pensó con su característico humor negro, ahora literalmente negro. Repitió el flash de su vida y ahora hubo como dos fogonazos casi clonados el uno del otro.

Para su sorpresa, su existencia tenia en algunos momentos alteraciones y cambios, al tiempo que en otro pensamiento simultaneo si hacía lo previsto. Ahora a cada nuevo flash se añade otro y a su vez otro más, creando capas y capas, con pequeñas pero perceptivas variaciones.

Una infinita soledad era lo más terrorífico que le producía esa ingrávida oscuridad. Pero ahora se sentía acompañado de las versiones de si mismo, que en cada nuevo ciclo se iban acoplando a la suya, y por ende la propia al resto. A medida que la parte física de cada Yo, pasaba a mejor vida, su Alma, en el Universo de las Almas, se ensamblaba con sus gemelas de los otros mundos paralelos.

Es una ventaja que aquí no exista el tiempo pensó a la enésima de la enésima vez que revivió su existencia terrenal. Al final se dió cuenta que al interaccionar con sus otros Yo también podía hacerlo con sus entornos. Y la magia era que las Almas de de los demás también estaban allí. En cuanto dejó de pensar, como el solitario ser humano que fue y abrió su Alma a los infinitos mundos, El Universo de las Almas se iluminó con infinitas estrellas.


18 comentarios sobre “La tertulia de las diez: "La infinita soledad"

    1. Igual ajustamos nuestra existencia a lo tangible y olvidamos que la imaginación es la única que puede cruzar cualquier umbral como embajadora de nuestra Alma. El miedo a lo desconocido o al más allá es mayor cuanto menos dejamos volar libremente nuestra imaginación. La vara de medir de la realidad aquí puede tener alguna razón. En donde la materia es solo vacío me parece que poco o nada.
      Muchas gracias por participar Estrella 🖐

      Le gusta a 1 persona

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