Noche de insomnio
Tanto por las buenas sugerencias en los comentarios, como de mi propia imaginación, pondré un par de finales alternativos refundiendo estas ideas. Me saldría alguno más pero, mejor dos aceptables que tres o cuatro infumables. Ajustándose, eso sí, dentro de la extensión máxima de 250 palabras.
Final I (El psicópata)
Una inmensa mano de dedos fuertes y largos bloqueaba entre abierta la puerta del ascensor. Instintivamente me eché hacía atrás como tratando de ocultarme entre las paredes de la cabina. Por el tamaño de la mano esperaba ver de un momento a otro a un gigante frente a mí dentro de tan pequeño habitáculo.
Los segundos pasaban a cámara lenta mientras yo no podía quitar la mirada de la puerta que, ahora sí ya estaba del todo abierta. Ante mi una enorme silueta fue aproximándose a mi reducido espacio vital. La mirada vacía y fría de un rostro igual de inexpresivo fue el eco de mi aterradora visión. No había duda, este sujeto era mi perseguidor y ahora me tenía a su completa merced.
Sentí como me faltó el aire cuando aquellas tremendas manos se aferraron a mi cuello.
Quería gritar con todas mis fuerzas, pero no había aire alguno que pudiera expulsar. Notaba como la congestión, a medida que aumentaba la presión de sus manos, me hacían estallar la cabeza y los pulmones.
Una pesadilla donde despertar era la única opción que no parecía contemplarse o eso me parecía a mí en esos momentos. Jadeante y completamente sofocado me desperté, un cojín a saber como me cubría la cara por completo: respirar era mi única pretensión en aquel momento.
Dormirse en el sofá, de cualquier postura viendo una película de miedo, puede provocar pesadillas de lo más reales.
Final II (La Viuda Negra)
Una cuidada y delicada mano asomó tímidamente. El rojo intenso de sus uñas ya me dejó bien claro quien sería mi acompañante en el ascensor. Debí haberme dado cuenta por el ruido cuando venía que era más propio de unos tacones. Mi apuesta y elegante vecina del quinto; más conocida, por las otras comadres de la escalera, como La Viuda Negra tan solo por haberse llevado al otro barrio a tres maridos; aquí estaba, literalmente, vestida de negro dispuesta a matar.
Se disculpó conmigo por la carrera y el susto que me había dado. Con las prisas se había dejado las llaves puestas en la puerta y de ahí, a esas horas, al verme fuera yo su salvación. Al coincidir nunca habíamos pasado de un cordial hola o adiós; pero, en estas circunstancias, ya no teníamos hielo que romper.
Precisamente, Ella volvía de su cena de jubilación, con las prisas se equivocó de bolso y ni cartera o móvil llevó. Así que al verme me siguió como a un perro lazarillo.
La acompañé a su piso y, efectivamente, de la cerradura colgaban las llaves. Me ofreció un café como agradecimiento que no dudé en aceptar. Luego dentro, después de un par o más cafés y alguna copita de licor, me confesó su mayor secreto.
Era soltera, en bromas dijo lo de ser viuda tres veces y las cotillas ya se encargaron del resto. Entre las risas, que más de una comadre por el patio oiría, le juré guardar su secreto.
jm vanjav hasta en 500 palabras+ 
Hola de nuevo JM
Si la primera parte fue pura tensión, estas dos últimas, ni te cuento. Bueno, vaaale, siiii, te cuento 😊
No es fácil elegir cual de los dos finales, en I (psicópata), la tensión en el ascensor te quita el aire, es la parte más álgida, y aunque se resuelve con la típica tópica pesadilla recurrente, está más que conseguido.
El II (la viuda negra),es más pausado, aunque ya solo del nombre y de las circunstancias maritales de la viudita, tus lectores sospechamos que algo va a pasar. Un final pícaro que sorprende.
¿Por cual decidirme? No sé, no sé, el de la viuda negra está pidiendo a gritos un tercer y definitivo continuará.
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No tienes que escoger Tara, puse dos finales diferentes para diversificar un poco. Alguna idea más me rondaba pero con su pólvora medio mojada.
El final de miedo tiene algo de verídico, despertarse en alguna ocasión con esa angustia vital, me resulta algo familiar.
En cuanto al de la vecina que vuelve de su cena de jubilación sin cartera, móvil, ni llaves y seguro que algo chispa me pareció más comedia negra. La tercera parte como me sugieres sería más bien un epílogo que, la limitación de las 250 palabras, no dejo incluir. ¿Un final feliz entre un insomne y una Viuda Negra? ¿seré yo el cuarto de su colección? 😂😂
Muchas gracias Tara por pasar y participar 🖐🏻
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¡Hola, JM Vanjav! Bueno, bueno… La verdad es que no me esperaba la posibilidad de los finales alternativos. Sin duda, hacéis mejor cualquiera de los retos propuestos. Dos finales que además tienen una vuelta de tuerca final en su desarrollo, un final más divertido y relajado de lo que el desarrollo podía hacernos pensar. En el primero, la amenazante figura de ese psicópata del que no existe escapatoria posible, salvo el despertar. No soy muy aficionado a los despertares como final de una historia, por eso me decanto por el segundo. La figura de esa viuda es un giro ya de por sí sorpresivo y me parece fantástica la forma en la que haces desvanecer la amenaza de que la misma sea una asesina. El mundo de los chismorreos es algo tremendo, ja, ja, ja… ¡Estupendo aporte al reto y fantástica manera la de plantear los dos finales alternativos! Saludos!!
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Muchas gracias David, lo de la pesadilla recurrente es también de lo más recurrente. Las otras ideas en la línea del terror no tenía tan perfiladas para entrar en las 250 palabras de ahí decantarme por lo fácil con el giro de la pesadilla, que a mí también me rompe lo anterior.
En cuanto a lo de la vecina ya me lo habían sugerido y le puse un toque de humor negro para no desentonar del todo con la primera parte.
Gracias a ti David, por ponernos estos desafíos. La imaginación campa a sus anchas con ellos 🥂👍🏼
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