Re. Investigador privado by Galiana


Siguiendo la única pista de la foto del Investigador privado de Galianaescritora voy a intentar dar algunos desenlaces breves a este caso.

La mujer pública

No me fue difícil reconocer a la mujer de la foto, de ahí que entendiera la advertencia de máxima discreción por parte de mi cliente. Los círculos por donde se mueve esa gente están fuera de mi alcance, pero si conoces las debilidades y necesidades sabes que unos billetes verdes sueltan la lengua de camareros, taxistas y porteros de casinos clandestinos.

Siguiendo las miguitas en una semana ya tuve un informe completo para mi cliente. Lo único que podrían llegar a descubrir de esta Mujer Pública es su debilidad por una timba de póquer curiosamente frecuentada por alguno de sus adversarios políticos. Mi cliente, jefe de prensa y amante secreto de la lúdica señora, llegado el momento podrá tapar la boca a sus homólogos con algunas fotos de la mesa de juego.

El triple de mi tarifa y los gastos aparte de este caso me sirvieron para ponerme al día con las facturas del mes. Lo que gané jugando al póquer con los políticos me dará para unas buenas vacaciones, las Personas Públicas tan naturales cuando nos mienten son muy inocentes tirándose faroles.


La heredera

Que un conocido abogado de una importante firma viniera a solicitar los servicios del más pequeño anuncio de Investigador privado me puso sobre aviso de la vital importancia en cuanto a discreción de este caso. La petición de cualquier prueba obtenida o destrucción de la misma iba en consecuencia.

Con la información facilitada no me costó hacer un seguimiento exhaustivo de la vida de esta chica. A todas luces era de lo más normal, una recién licenciada trabajando de pasante en un pequeño bufete de abogados laborales, con amigos y sin pareja salvo su compañera de piso, pero no creo que vaya por ahí los tiros.

Después de un mes pasando estos inocuos informes a mi cliente este pareció satisfecho y decidió prescindir de mis servicios. El reciente juicio desestimado sobre la paternidad de un multimillonario llevado por cierta firma de abogados me descubrió la pieza que no encajaba en este anodino caso.

Al cabo de un año, un ya no tan pequeño bufete laboralista hizo socia a la legítima heredera del milloneti cuyos abogados me contrataron para justo lo contrario. Ella misma me habló sobre su adopción y un misterioso benefactor que pagó sus estudios. Ahora somos muy buenos amigos, no pareja, e investigador exclusivo de su firma de abogados laboralistas.


La mujer del chat

Con la foto y la dirección web del portal de citas solo tuve que apuntarme usando unos de mis avatares al uso en sitio en cuestión. Para algo, en principio tan reservado, me pareció abusiva la gran cantidad de información que requería el perfil, ni que me estuviera apuntando para el FBI.

Lo curioso, después de haber escrito casi mis memorias en la ficha de ingreso, es que no tarde mucho en localizar a la mujer de la foto entre las múltiples salas de conversación y encima totalmente disponible. La charla con ella, ya desde las primeras frases fue alucinante, me contestaba justo aquello que yo deseaba leer.

Estuvimos toda la tarde chateando y fuera lo que fuera el tema de conversación siempre resultaba satisfactorio. Yo la iba probando para ver hasta donde podría llegar y siempre sabía que respuesta dar, incluso cuando teníamos alguna discrepancia sus argumentos me hacían a mí dar el brazo a torcer.

Después de varios días pasando horas conversando con la mujer de la foto no sabía que podría decirle a mi cliente sobre ella, era simplemente perfecta. No obstante, la experiencia te da oficio y probé a usar otro de mis avatares creando el consiguiente completísimo perfil en el portal de citas.

Con mi nueva identidad la cosa funciono igual de bien y eso que mis gustos y carácter eran meridianamente opuestos. Mi asombro empezó a transformarse en escepticismo, aquí hay trampa y cartón. Usando una VPN y otro ordenador me dispuse a escribir a la misma mujer con mis dos usuarios registrados.

La avaricia rompe el saco y así fue, la chica de la foto seguía disponible para mí usando yo el otro avatar. Llame a mi cliente y le pedí que se conectara él también, a los cinco minutos la misma chica mantenia, al menos, tres fluidas conversaciones. El caso, finalmente, había quedado resuelto.

Al día siguiente convoqué a mi cliente, no le acepté la bonificación ofrecida, solo la tarifa normal y los gastos. Se marchó sonrojado pero sonriente, al mencionarle cierta cafetería frecuentada por gente de mediana edad, donde podría hablar con mujeres de verdad; no con BOTS de foto sugerente e Inteligencia Artificial.


La esposa infiel

Los rutinarios casos de infidelidades a veces resultan divertidos o curiosos como resulto ser este. Cuando el buen hombre entró en mi oficina pensé que alguien le había ido con el cuento y venía a pedirme explicaciones. Me puse a la defensiva hasta que me comentó la situación y al ver la foto me relajé por completo.

Estuve, hacia unos meses, contratado por su señora para investigarlo a él también con la máxima discreción y lo único que encontré fue a alguien siempre ocupado con el trabajo, que no tonteaba ni con la secretaria, que no paraba en casa de tanto viaje y reunión.

Ahora haré lo mismo con la mujer y seguro que esta no para en casa tampoco porque se siente sola y tiene que estar haciendo algo para que los días no se la hagan eternos. Parezco adivino, como ya me conocía tuve que estar a más distancia, pero sus hábitos eran justo los que había vaticinado el primer día.

Por oficio y necesidades económicas, no tenía más casos, mantuve la vigilancia un mes entero. Con toda la información de horarios y fotos de lo más inocente decidí cerrar el caso quedando en un conocido restaurante. Ante semejantes pruebas el hombre se quedó por completo tranquilo pidiendo otra copa de aperitivo para celebrarlo.

La sorpresa de mi cliente fue doble al ver en la bandeja tres copas del combinado al tiempo que su mujer recién llegada a nuestra mesa y, también estupefacta, nos saludaba. Tomamos un tercer vermut, especialidad de la casa, mientras yo aclaraba el motivo de la encerrona. En la sobremesa ya estaban los dos maduros tortolitos haciendo planes de la próxima jubilación con un largo crucero, muy largo crucero lleno de escalas para ellos dos juntos.


La mujer de la foto

Nunca debí aceptar este caso, ahora soy testigo y según la marcha de las investigaciones la fiscalía puede llegar a imputarme. La mirada perdida de mi cliente al hablar de ella con un tono tan monocorde me tendría que haber puesto sobre aviso. Solo escuché lo del doble o triple de la tarifa y eso profesionalmente me dejo satisfecho.

Cuando cité a mi contratador el informe era de lo más rutinario. Una amiga íntima desde el colegio, un medio novio dependiente de librería y un vecino viudo que la tiraba los tejos, pero sin acoso ni nada por el estilo. A la semana siguiente, uno cada día como en fila india, fueron cayendo los cuatro y quedando la mujer de la foto para el final.

Las pesquisas policiales llegaron hasta mí por haber sido cogido por diversas cámaras de seguridad merodeando cerca de ellos. Cuando interrogado no me quedó otra que identificar a mi cliente, ahora desaparecido, resultó ser el psiquiatra de ella; suspendido por problemas mentales de personalidad y sociopatía.


Bueno, creo que con cinco posibilidades ya vale. Lo de poner el letrero de Investigador privado en el portal de al lado de un café frecuentado por separadas, viudas y divorciados es como el que puso un estudio de fotografía rápida enfrente de la oficina del DNI; seguro que alguien llama a la puerta.


12 comentarios sobre “Re. Investigador privado by Galiana

  1. Miles de gracias por hacer cinco finales para mi «Investigador privado»
    Sólo que no has cumplido una de las condiciones, tenía que hacerse en mi página de facebook, en mi blog, o en tw. Seguro que la próxima vez que tenga una iniciativa como esta lees y cumples con todas las condiciones.
    Eres un amor por participar, aunque sea a tu manera.
    😘😘😘

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  2. ¡Hola, JM Vanjav! Desde luego que no solo son cinco finales, ¡sino cinco historias de una tacada! Me ha gustado especialmente la chica del chat, divertida e intrigante. ¡Esto es sacarle todo el jugo a los retos! Un abrazo!

    Le gusta a 1 persona

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