Una cabaña muy chic

En tiempos, El Parque del Sur había sido un frondoso bosque. Ahora solo quedaba una porción del mismo acotada y la cabaña del guardabosques, remozada hasta acabar siendo un hotelito con terraza en el extremo de la arboleda. Un pelotazo urbanístico, en las fincas del extrarradio, había cerrado el acceso al parque, mientras duraran las obras de los futuros lujosos adosados.
Así quedaría también cerrada la vitaminada cabaña del bosque, al menos un año entero y se precisaba un vigilante de día para notificar cualquier acceso de intrusos en el establecimiento hostelero, dado que el acceso por las sendas del bosque seguían abiertas para pasear. Por la noche ya había perros guardianes que protegerían el entorno y las instalaciones.
Cuando me presenté para la oferta pensé que tendría mucha competencia para el puesto, y más siendo yo forastero. El caso es que los lugareños no estaban por la labor siendo yo el único candidato. Es más, me aumentarían el salario un diez por ciento cada mes que fuera cumpliendo con mi cometido hasta fin de obra.
Básicamente, sería estar allí recluido cada día desde el amanecer hasta el ocaso, pero si me apeteciera hacer noche sería con la condición de no salir bajo ningún concepto, para evitarme un accidente con los perros que por la noche lo guardaban.




Pasé mis primeros días haciendo la ruta por el bosque, sonreía al pensar que yo era como Caperucita visitando a su abuelita, y en cualquier recodo me saldría un lobo. En la ciudad —más bien un pueblo grande donde todos se conocían— poca vida social hacía, pues solo cenaba en el hostal donde tenía habitación; lo curioso es que la gente cuando me miraba parecía señalarme o eso me parecía.
Yo, como tenía que ir todos los días a mi oficina en el bosque, opte por hacer que mi fin de semana fuera allí como si el hotelito estuviera abierto; siendo un agasajado cliente. Además, había luna llena y podría intentar verla desde ese mágico claro en medio del bosque, antes que los perros empezaran con su guardia.
El mismo viernes por la mañana me cargue la mochila con las vituallas necesarias, en el trabajo tenía acceso al bar del complejo cabañil y bebida no me faltaría. Y en la sala contigua podría escoger, entre varios grandes sofás de piel, para dormir a pierna suelta.
Yo estaba eufórico, aquello no era mío, pero podía disponer de ello como si lo fuera. La verdad es comiendo me pasé con la cerveza tostada y acabar echando una descomunal siesta en el primer gran diván que pillé. Así todo me desperté justo antes de anochecer, cogí los prismáticos para ir a ese claro del bosque que descubrí por casualidad y poder comprobar mi teoría sobre las vistas celestiales.


No sé que pasó después, tengo vagos recuerdo, pero todos ellos de auténtica pesadilla. Mis embotados sentidos seguían oyendo aquellos terribles aullidos mientras un olor algo rancio, pero vivo y salvaje como flotando en el aire acabó invadiéndolo. Luego, un silencio como una muda oración, para bendecir un festín.
El mío, notaba mi carne desgarrarse por mordiscos que llegaban hasta los huesos de mis extremidades. El dolor estaba repartido por todo mi cuerpo, pero tan intenso que apagaban mis desesperados gritos. Otra pausa silenciosa, otro respiro para aumentar esta agonía que con todas mis ganas deseaba que ya acabara.
Tendido en el suelo, en el claro secreto del bosque, pude ver una muy hermosa y redondita luna. Mi sueño se cumplió en el último momento.
Oficialmente, así termina la historia.

NOTA:
Todas las fotos, salvo la del VadeReto, retocadas o no, son mías y paso de pagarme derechos de autor.
Como siempre digo, buena es la espera cuando la degustación se esmera.
¡Genial, JV! 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Además, has hecho un relato ilustrado y con fotitos propias. No quiero ni pensar que las hayas tomado durante tu «investigación» para el relato. Espero que no te hayas encontrado con ninguna musa peluda. 😜😝
Aunque la cabañita que encabeza la historia no tiene nada que ver con la chocita que yo proponía como inspiración, has sacado buen provecho para ambientarnos tu aventura en ese bosque maldito.
Una espléndida narración que nos va dosificando, en primera persona, la experiencia «religiosa» de nuestro protagonista. Hasta llegar a ese giro final donde consigue un puesto de funcionario en el bosque, ganándoselo por atrevido y luciendo unos buenos «pelos». 😉😂
Enhorabuena, amigo. Gracias por tu esfuerzo por participar en el VadeReto y por regalarnos estas historias tan fantásticas.
Un abrazo espumoso. 🤗😊👍🏼🍻🍻🍻🍻
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Hola, JA. Yo siempre abusando de tu benevolencia con los plazos. En esta ocasión ya hasta sintiendo vergüenza ajena. De ahí que ayer mismo me documentara, in situ, adecuadamente para hoy por la mañana plasmar la historia. Solo una foto corresponde a mi hemeroteca, el resto son más frescas que yo con tus VadeRetos, eso sí algo maquilladas para la historia.
Bueno, no estoy descontento la misma porque sin enrollarme mucho he puesto una trama bastante amañada con un final dramático y otro apostillado (yo también me replico a mi mismo) más a mi estilo.
Saludos y 🍻🍻🍻🍻 como para llenar una piscina olímpica. 😂😂🖐🏻
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Wowww pedazo relato y con un montón de fotos jeje, me ha encantado 😀
Besote!!!!
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Hola de nuevo JM, gran relato para el VadeReto del mes, muy bien ambientado y con ese giro final que inclina la balanza al lado oscuro. Muy buen aporte, saludos.
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Hola, Ana. Me alegro de que te guste, voy más a remolque que un perro holgazán 😂
Nos leemos pronto que ahora estoy con las de El tintero y ahí las fechas son sagradas. Saludos .
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Muy bien contado. Será un licántropo vengador de los olvidados.
Bien contado.
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Gracias, Demiurgo. Eso espero, hay que hacer limpieza y este personaje tiene aptitudes para ello. Saludos.
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