Diario de un percebe (soso): martes y 13 que suerte

Me despierto y veo en el calendario que es martes y trece, así que tomaré las oportunas precauciones, no vaya a ser, que de casualidad, me toque algo porque yo no soy supersticioso pero tampoco voy a tentar a la mala suerte.

Este año los que han hecho el calendario se han pasado. A quién se le ocurre poner, después de un martes 13, un miércoles de ceniza, en que coño estarían pensando? Hay que ser sádico y con malas entrañas, los pobres supersticiosos deben estar acojonados esperando, cuando menos, el fin del mundo.

Yo no creo en esas cosas y he aprovechado para hacer algo de ejercicio, he bajado y subido por las escaleras todo el día, además como me hace falta andar, no por eso de no embarcarse en martes y tal, he ido y vuelto andando de trabajar.

Igual, con tanto ejercicio, me he pasado un poco, hoy me tocaba ir a la tienda y, subir con dos bolsas, como si fueran pesas, los diez pisos de mi escalera, me ha dejado baldado. Y encima, al llegar a la puerta, me acorde que se me había olvidado el pan, así que otro viaje para ir a buscarlo.

Ahora, acabo de volver de bajar la basura y veo la bolsa de reciclar, no me lo puedo ni creer, otro vuelta a los contenedores. Mañana el que estará hecho ceniza seré yo más que el puto miércoles ese, al final van a acertar los del calendario, conmigo al menos, malditos adivinos.

Lo que tengo claro es que hoy he hecho ejercicio para toda la semana, así que mañana uso el ascensor y el autobús como está mandado 😛