Otro reto twitrelato de Nefelibata @jardindebonsais

Mis tres twitrelatos para la foto de un osito de peluche by Nefelibata

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En el cuento, que ya es una leyenda entre los juguetes de los niños, dicen que el soldadito de plomo se fugó con la bailarina y por eso nos se los volvió a ver. Lo que no ha trascendido es que el osito de peluche le tiró los tejos a la ratita presumida y esta le regaló su lacito.

El osito, cuando se hizo mayor no por crecer sino por caérsele el pelo, se perdió en el fondo del armario de los juguetes. Allí se encontró con una muñeca medio calva también abandonada y al compartir sus penas olvidaron que fueron juguetes repudiados liberando sus lúdicas almas.

Los niños transmiten algo de su alma a los juguetes con los que se divierten. Cuando estos se quedan olvidados en un cajón o son tirados a la basura rotos, su alma se libera y se lleva consigo todos esos buenos momentos que juntos pasaron.

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Se conocieron cuando con cinco años veraneaban en la playa. Ella, en prenda, le dejo a su amiguito su peluche. Veinte años y la foto, de un osito con un lacito, en Facebook fue necesario para volver a reunirlos. Cuando Ella le pidió amistad y su osito en prenda retomaron su niñez.

You are welcome y bienvenida fueron las palabras de Él al aceptar su amistad por Facebook. Parece que fue el verano pasado cuando jugábamos en la playa y salíamos corriendo hacia el agua cuando muestras madres nos llamaban para irnos. Ya podemos cumplir la promesa de huir juntos.

El resto de la historia ya queda a vuestra imaginación. Que seguro algún verano fuisteis niños, e inocentes y sinceras promesas de amistad, o de algo mas, haríais. Y eso es algo que solo incumbe a quienes las juraron.

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Mientras Watson interrogaba a la enfermera, Holmes con su lupa escrutaba cada objeto de la habitación sin éxito. La nurse, perdió su sonrisa de victoria, cuando vió a Sherlock oprimiendo el osito de peluche y del mismo salía la mortal aguja hipodérmica. Elemental querido Watson.

Lestrade, tenga cuidado, esa fina aguja todavía contiene veneno curare del Amazonas, si se pincha puede dejarle fuera de combate. El inspector de Yard tomó el osito, olvidando la advertencia de Holmes, al salir se oyó el estruendo de un cuerpo, dentro las risas de los dos amigos.

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