He abierto los ojos lentamente a mi pesar y me he despertado. Un completo desasosiego y la falta de cualquier resquicio de fuerza de voluntad ha sido el balance de esta pesadilla. Solo quería volverme a dormir para regresar a este terrible sueño y acabar con la angustia muriendo, literalmente, en él. Mi actual realidad es un corazón triste y vacío, como disecado, dentro del propio cuerpo. El Alma de mi Ser es la vela hecha jirones de un barco a la deriva después de su última tempestad, sabedora que ya a ningún puerto llegará, en medio de un infinito mar silente de brisa o un susurro de esperanza. Quiero acabar con esta agonía, mi sueño me dejó así, no hubo sangre ni crimen alguno, solo fue un rechazo que el corazón de los sentimientos no ha superado; y ahora, en esta vida real, descorazonado sigue latiendo.