Hacía mucho que yo por aquí no escribía. Eso fijo porqué, el Vanjav, era quien sus tonterías os contaba. Menudo truhan, el rey de la pedantería, que bien, a vosotros, os engatusaba.
El caso es que hoy con algunos compañeros del trabajo hoy he quedado, y como no, al final entre cervezas y carajillos bien cargados muy perjudicado yo he quedado. No he sido el único, pero sí el último que a su casa ha llegado; cosas de ser el más tonto, o gilipollas, de esta cuadrilla.
Por el camino, ya de noche, con una chica más bien mujer, yo me he topado. Que con un caniche de una cinta, por la acera, ella estaba paseando y tirando.
El hijoputa de chucho, cruzando toda la acera estaba meando, y yo con su correa me he tropezado. Borracho yo, digo algo perjudicado, me encontraba; Y, con sendas fallidas patadas, de esta trampa intenté librarme.
A la tercera intentona, al can todavía con su pata levantada, finalmente ha salido volando. Y, en el aire, su micción cual espontanea lluvia dorada, ha terminado salpicando por igual a este ebrio como a su distraída dueña.
La ama, que al móvil con su novio, por las voces y recriminaciones supongo discutiendo estaba, mi acción con acritud también, la perra de ella, muy airada me ha recriminado. ¡Japutas, la mascota, la correa, y quien el extremo sujetaba!
Yo, ni corto o perezoso, la discusión de un bofetón he sentenciado. Un teléfono móvil, después de volar, en la calzada por un coche ha sido atropellado; mientras yo mismo, encarado con una mascota de acojono gimiendo y su dueña ladrándome, he acabado.
Entre insultos, ladridos e improperios, los tres en la cafetería de enfrente hemos acabado. Con nuestro segundo carajillo, que ella cortésmente ha pagado, yo me he disculpado. Y su caniche, casi a regañadientes finalmente el lomo, por mi pernera también se ha restregado.
Parece ser que todos hemos tenido un viernes muy movido siendo; mi perjudicado estado, la incontinencia de un perro, y la rotura de un hundido noviazgo; tan voladiza mezcla detonante.
No vamos a ser pareja ni muy amigos, pero sí más que conocidos, con los seis carajillos que juntos ya llevamos tomados. Hasta su pobre can, igual por los vapores etílicos, se ha colocado; y entre nuestros pies, más aburrido que dormido, se ha quedado.
Al final, a los tres de la cafetería nos han echado, porque a media noche han chapado. Lo siento por el caniche que, entre mis zapatos y sus sandalias, después del reciente vuelo igual no se había recuperado. Yo como buen Percebe, hasta la casa de ellos, los he acompañado, pero tan perjudicado me encontraba que ahora no encontraría, el portal o la calle, donde los dejé.
Bueno, seguro que ella mañana sin falta me contestará, porque mi móvil en su bolso intencionadamente a hurtadillas yo deposité. Y, desde mi fijo, cuando la resaca me abandone, este sábado por la mañana o más tarde, fijo que para quedar y recuperarlo yo la llamaré.
jm vanjav hasta en 500 palabras+ 
¡Tan perjudicado no estarías Sr. Percebe!, porque te quedaba un resquicio de lucidez para el truquito del móvil. ¡Muy ingenioso!
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Hola, ya te digo yo que si. Y como bien dices, ese fue mi único momento, en toda la noche, de lucidez.
Gracias por pasar y comentar 🖐🏻
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Este Percebe, vate y borrachín, tiene más trucos que Houdini y a los efluvios de un carajillo es capaz hasta de ligar con una prenda cabreada.
No sé quién salió más perjudicado, si el poeta o la perra (me refiero al animal, por supuesto), pero seguro que tras la resaca tiene mucho más que contar. 😜
Espero que las prebendas hayan sido provechosas. 😝
Un Abrazo.
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A ver, JA. A mi edad las resacas son de fin de semana y algún día más. Pero hasta con un colocón de esta envergadura hay que navegar aunque sea en zigzag.
Te ha gustado el truco del bolso, eh 😂😂 hasta en los momentos más oscuros se nos puede encender la bombilla y teniendo ella el móvil roto de nada me iba a servir que su número me diera 😂😂
🍻🍻🍻 estas sin alcohol que sigo todavía a dieta 😂😂🖐🏼
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