Los Alcornoques, 9 (VI) La viuda (4º Dcha.)
A las ocho y media sonaron los toques convenidos en el telefonillo y la viuda pulsó el botón para abrir el portal. Su secreto amigo había sido puntual y ella estaba más nerviosa que una solterona en un gimnasio. Cuando llegó a la comunidad se puso el título de viuda, aunque la verdad ni se llegó a casar —el novio intimó con una dama de honor y se fugaron la víspera de la boda—, pero al ver —casi cuarenta años después— la esquela del presunto asumió su viudedad.
Después de diez minutos de espera tras la puerta esperando a Jacinto, sigilosamente la abrió y fue hasta el ascensor por si acaso se hubiera quedado atrapado en él y, para mantener su anonimato, ni pulsó el botón de alarma. Fue ella, Doña Sole, quien llamó el ascensor, abriéndose las puertas de inmediato al estar la cabina ya en el cuarto piso.
Rápidamente, reconoció el trajeado cuerpo con sombrero tendido en el suelo. Creyendo que se había desmayado se acercó para intentar volverlo en sí. Al segundo, meneo sin respuesta, se fijó en las pastillas azules derramadas al lado de su indispuesta cita.
Aquello fue demasiado —al comprender por qué estaba tan tieso El Jacinto— y enfadada, pero muy orgullosa regresó a su casa.
—Mejor sola que con ese viejo salido. Que bien hice en tenerlo en secreto. Yo soy una viuda y tengo una reputación, no como el pendón de la de enfrente. —Se repetía mientras, por dos, comía y bebía.
Pobre Doña Sole, ¡¡por una vez que se había arriesgado!!
El culebrón está calentito. ¡Qué bien!
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Hola, Marlen. Tú lo acabas de definir, esto es un culebrón, y menos mal que son micros porque ando desbordado con tanto personaje que quiere salir en la obra. Saludos.
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Hola de nuevo , como dice el dicho «tu di antes de que digan de ti » tan pendon era ella como la vecina , veremos cómo acaba este culebrón que es mejor que los cubanos mija , jaja besos de flor
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Hola, Flor. Pues sí que sigue la cosa, a ver si se acaba el mes y cierro con ellos o les dinamito el inmueble ya entro con miedo a lo que me pueda encontrar en mi propio ascensor. Saludos
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«al comprender por qué estaba tan tieso» (buen doble sentido).
🤣🤣🤣🤣
Doña Sole es de las nuestras. Pa qué llorá, se papeó la cena doble y a disfrutá que son dos días y ya han pasado uno y medio. 😅😂
🍻🍻🍻🍻
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Pues sí, la falsa viuda es de armas tomar y si hubiera montado un trío tampoco habría dejado miga en el plato. 😂🍻🍻🍻🖐🏼
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¡Grande, doña Sole! Qué duda cabe que con un amante muerto ya es más que suficiente. Que dos le generan a una fama de viuda negra y eso espanta a cualquier galán, y más a los de cierta edad. Un abrazo!
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Esta iba de viuda, pero hacía más honor al nombre que otra cosa. Al menos se cuidaba bien, ni miga de pan ni gota de vino dejo de aquella cena, así es como mejor se superan los disgustos.😀🖐
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