Mis cosas

Mis cosas no son, ni más ni menos importantes, que las de los demás. Son mías porque me afectan a mi no porque yo sea su dueño.

Tengo muchas cosas en la cabeza, refugio de planes que no fueron y de sueños en proyecto. Lugar donde las dimensiones no existen, allí mis cosas se entremezclan y relacionan sin pudor.

El caos que se origina a veces, con mis cosas, me vuelve a una realidad donde la única salida es volver a replanteártelo todo. Un lento remolino que no acaba ni de absorberme ni yo de salir de él.

Así es con todo, la cordura o la locura son estados mentales fruto de tus cosas. La frontera es tan difusa como ancha, no hay zona de seguridad, sólo un camino a seguir.

Son mis cosas y son las cosas de los demás, caminos que se cruzan, que se alejan, que nunca se verán; o con suerte, caminos, que van de la mano buena parte del trayecto.