Mis cosas no son, ni más ni menos importantes, que las de los demás. Son mías porque me afectan a mi no porque yo sea su dueño.
Tengo muchas cosas en la cabeza, refugio de planes que no fueron y de sueños en proyecto. Lugar donde las dimensiones no existen, allí mis cosas se entremezclan y relacionan sin pudor.
El caos que se origina a veces, con mis cosas, me vuelve a una realidad donde la única salida es volver a replanteártelo todo. Un lento remolino que no acaba ni de absorberme ni yo de salir de él.
Así es con todo, la cordura o la locura son estados mentales fruto de tus cosas. La frontera es tan difusa como ancha, no hay zona de seguridad, sólo un camino a seguir.
Son mis cosas y son las cosas de los demás, caminos que se cruzan, que se alejan, que nunca se verán; o con suerte, caminos, que van de la mano buena parte del trayecto.
Son tus cosas y solo tuyas. Pero lucha por ellas. Me gusto.
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Son las mías son las tuyas son las de todos, ellas son escogen y a veces son ellas nuestro dueño. El equilibrio está en que nos afecten pero no nos consuman.
Gracias por participar Junior 👍
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A veces propias , a veces ajenas entremezcladas con las nuestras … el caso es que a veces producen un caos del que no resulta fácil salir pero al final hay que pensar que el caos es el paso previo a el orden porque no tenemos más remedio que relativizar.
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Efectivamente, replantearse todo, y seguir. Gracias 😀
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