Cuando me cambié de domicilio, en mi nuevo hogar, justo al final de pasillo había una salita seguramente de costura; tenia un gran ventanal al exterior y, como segunda pista, un espejo grande abatible que había quedado allí como único mobiliario.
Por la luz natural y su orientación al Sur, me la quede como mi zona vip. La puse, dos estanterías de libros en escuadra, una pequeña mesa y mi butaca favorita; el espejo se quedo al lado de la ventana reflejando la luz al extremo contrario de mi santuario. De hecho bautice la estancia, como la Sala Media, un toque freak sobre mis gustos literarios.
No fue hasta el cabo de unos meses cuando me percaté de la magia del, ahora mio, espejo de costura. Sí, un día mirando el tiempo que hacía en la calle, al volver la vista me vi reflejado en el espejo, tuve una sensación confusa e instintivamente me miré con más detenimiento.
Estaba claro, que era yo el de la imagen reflejada, pero había algo que no me cuadraba del todo. Esa noche había dormido bastante regular y tenia las ojeras bien marcadas, pero mi imagen aparecía como si acabara de salir de un salón de belleza.
No le di más importancia al tema pensando que la imaginación me había hecho ver un espejismo. Unas semanas más tarde, convaleciendo de un resfriado de cuidado, casualmente volví a cruzar la mirada con mi yo del espejo. Aquí, no di un salto hacía atrás, porque ya tenia bastante mal cuerpo y la acrobacia me podía costar algún hueso roto.
El atuendo era el mismo, la bata, la bufanda y el pantalón de andar por casa; en cambio, mi cara era la de un pimpollo, sin papada, con bastante más pelo, ni una arruga y con la mirada nítida. Esta vez, me fui rápidamente al baño a contrastar la imagen, y la realidad, me devovió tanto lo que me faltaba, como me quito el pelo que de más tenia.
En los siguientes días, mientras me acaba de reponer del resfriado, hice mil y un ensayos para tratar de determinar la naturaleza de esos cambios de aspecto entre un espejo y otro. Al final llegué a una conclusión, demostrándome la hipótesis que formulé: el espejo de costura reflejaba aquello que mi imaginación quería ver. Y lo mismo había veces que me quitaba unos meses, que de golpe aparecía con veinte o treinta años menos, según mi deseo.
Ahora, que se la magia de mi espejo de costura, acerté en dejarlo en, la Salita Media, mi santuario particular. El verme mejor y más joven no me cambia realmente el aspecto, en cambio, por dentro si me siento rejuvenecido y pletórico para hacer cosas que por mi presencia nadie creería.
Da un poco de repelús. 😉
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Verse uno mismo, con 30 años menos, puede ser un shock 😉
Gracias por pasar y comentar.
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Reblogueó esto en EL RINCÓN DE MARy comentado:
¡Que lindo relato! Mientras lo leía veía la luz mágica de debe tener ese lindo cuarto. Te juro que la he visto, y no tengo el espejo mágico delante.
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Muchas gracias Mar 🙂
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Gracias a ti, por un momento me has transportado a ese lugar mágico.
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Vaya, me alegro mucho.
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Excelente elección, quiero un espejito de esos también detrás de mi puerta.
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Gracias, habrá que buscar al fabricante, parece que van a tener mucha demanda 😀👍
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Es correcto jajaja la primicia la has dado tú para una idea millonaria.
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Ainsss, yo necesito un espejo así. Por favor, localiza al fabricante para poder pedirlo en mi carta a los Reyes Magos!
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Ponte en la lista de espera, que somos muchos, en buena hora se me ocurrió lo del espejo 😂😂👍
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De acuerdo, pero apúntame YA, ya mismo!
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Sabes, creo que lo mejor es que practiquemos y cuando nos miremos en el espejo, nos veamos como nos imaginamos. Creo que acabaremos como este señorin, viéndonos como deseamos sentirnos 🙂
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Ay JM, me dejas planchada, y encima es que con tu entrada me leíste una de un espejo que rondaba por mi cabeza a partir de una imagen que pillé en la red, pero ese post, que no voy a escribir, sería ‘tristón, nostalgicón y no sé cuantos más ón». ¿Te puedo enviar dicha imagen a tu correo electrónico?
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Lo nostálgico no es triste, es emotivo, nos recuerda esas imagenes y esas sensaciones que se grabaron como tatuajes, en nuestra Alma.
Seguro que te quedaria bien la entrada 🙂
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Bueno, vale, pues entonces me quedo con esa imagen y un día la pongo texto
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Será bienvenido 🙂
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Casualmente hoy estaba con dos de mis hijos hablando en una habitación, yo estaba frente a un espejo. Como desee que fuera como el tuyo,no es que me veía fea, noooo, estaba HORRIBLE. Quiero tu espejo Ya!😭
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Qué idea la del espejo. Yo si lo tuviera no pararía. Empezaría por regresar a mi yo pequeña, que con par de añitos estaba mofletona que daba gusto verme. Me echaría ratos infinitos viéndome «crecer» jejeje. Bonita historia 😉
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Muchas gracias Yai, este espejo ha activado nostalgias de nosotros mismos. 🙂
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El me gusta es por comentar Mar, no por lo que dices. Esta dando juego este espejo, la verdad es que somos nosotros mismos quienes nos ponemos pegas.
En otro comentario lo dije: a partir de ahora nos vamos a mirar en los espejos como nos gustaria vernos, así nos sentiremos, al menos internamente, como el tipo de la historia.
La magia de ese espejo, todos la tenemos en la imaginación, pero si encuentro al fabricante os paso las señas, que le dejamos sin existencias 🙂
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El espejo, lo sobrenatural y la psicología, hasta que punto sabemos a qué pertenece cada cosa… Yo prefiero no mirarme al espejo.
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